Con diferencias y matices, así como la semana pasada el radicalismo tuvo su Convención previa a las primarias (las PASO, que le dicen) del mes de agosto, ayer el peronismo hizo sesionar el Congreso y consiguió los objetivos que persigue el comando gubernamental. Esto es, autorizar al Consejo Provincial a realizar la gran alianza con el Frente para la Victoria. De esta manera, quedó descartada la posibilidad de llevar a cabo elecciones internas para los cargos electivos provinciales. La principal oradora fue la gobernadora Lucía Corpacci que, además de recuerdos para Néstor y Cristina, pidió por la unidad del peronismo y el apoyo al gobierno que conduce. La euforia y el clima en el predio chacarero tuvieron las características clásicas de los congresos peronistas, aunque esta vez no se escucharon voces de disidencia.

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Tras la realización de los cónclaves radical y peronista, están despejadas las incógnitas relacionadas con el próximo paso electoral que se cumplirá, con el cierre de las alianzas, el miércoles venidero. Se anotarán el Frente Cívico, vertebrado por el radicalismo; el Frente para la Victoria-PJ, que podría sumar a agrupaciones menores y organizaciones sociales y la Tercera Posición, que tiene como figura excluyente al dirigente gastronómico José Luis Barrionuevo. Después de esa fecha, viene el debate por los candidatos (las listas cierran el día 22). Asegurado como tal Barrionuevo, es posible la nominación de Brizuela del Moral por parte del radicalismo y dentro del peronismo crecieron las posibilidades de que el postulante a la diputación nacional sea Jorge Moreno, que desplazaría a Gustavo Aguirre hacia un escaño provincial.

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La tarea de los medios de comunicación se sitúa hoy en el centro del debate. Después de largos años se ha corrido el velo de misterio que permitía a los propietarios realizar movimientos discrecionales para favorecer situaciones que, lejos de las necesidades de la gente, tenían que ver con sus propios intereses. De esta forma vemos hoy numerosos programas que están dedicados, pura y exclusivamente, a analizar el comportamiento de los periodistas, especialmente de aquellos que proclaman independencia y equidistancia que no son tales. Igualmente, otras “super star” de la televisión argentina llevan adelante ciclos que, en un ciento por ciento, están orientados a destapar posibles chanchullos del gobierno y no les importa lo que pase con el resto de la sociedad o con otros gobiernos que también son susceptibles de ser criticados. A nosotros nos toca hacer parte de esa tarea en Catamarca y la vamos a seguir cumpliendo, aunque nos cueste represalias como las que ya sufrimos desde 2010 a esta parte. Otra: no tan solo resaltaremos falencias sobre el comportamiento profesional, sino también destacaremos lo que esté bien y le sirva a la sociedad.

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Un comentario que llamó poderosamente la atención fue el realizado por El Ancasti sobre las autoridades de la alianza FPV-PJ en la ciudad de Andalgalá. Bajo el título “Mensaje contradictorio para la minería”, el diario carga las tintas contra el senador José Perea por haber sido designado conductor, cuando fue el máximo dilapidador de las regalías mineras, del sector político. Se trata de un artículo muy sólido en términos de apreciación, más teniendo en cuenta que el senador tiene decenas de cuentas pendientes con la Justicia y un pasado de irresponsabilidades muy grande en el manejo de dineros públicos, entre las que se pueden contar la construcción de una terminal desproporcionada para el tráfico interurbano de Andalgalá; la fallida instalación de “Internet para todos”; el pago de la venida del premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, a la ciudad de Buenos Aires o la monstruosa campaña política que llevó adelante con el sello electoral “Catamarca con Gestión”, con la cual no consiguió ni siquiera un escaño legislativo y, además, permitió que al peronismo le birlaran la senaduría de Antofagasta de la Sierra, la que hoy en día le otorga mayoría en la Cámara alta al radicalismo. Es cierto, son muchos los pecados -y algo más que pecados- de Perea, pero de ellos tiene que encargarse la Justicia. Lo que no se comprende es “la contradicción” de El Ancasti que hoy, después de años de silencio y de ignorar, deliberadamente, los desaguisados de Perea, lo ataca con los tapones de punta.

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¿Por qué las críticas contra el exintendente andalgalense surgen ahora y no se las hizo cuando, por ejemplo, armó “el circo de Stiglitz” o gastó sin límites el dinero de las regalías en una campaña política realmente fabulosa? Lo respondemos nosotros. En esos tiempos, José Perea tenía una aceitada relación con la cúpula de El Ancasti, en forma permanente visitaba el hotel del grupo mediático y dejaba muy buenos dineros en materia de publicidad. Hoy, sin caja y con una retahíla de causas judiciales, ha perdido toda su fuerza y le están cobrando “las omisiones” del pasado. Mala suerte senador, usted fue el forjador de su propio destino, aunque se haya visto sorprendido por una crítica que no admite reparos, aunque haya tardado años en aparecer.

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Siguiendo con El Ancasti, hay que decir que no acobarda con el tema encuestas. Después del papelón del 2011, cuando según “las consultoras” contratadas, Brizuela del Moral le iba a ganar a Lucía Corpacci por más de 15 puntos porcentuales, ha vuelto a presentar un nuevo relevamiento de opinión pública que realizó la virtualmente desconocida empresa “Nueva Comunicación”. No se trata de Mora y Araujo o Poliarquía precisamente. Prácticamente nadie la conoce ni se sabe de sus propietarios, pero ofrece números. Esperemos que no sean los mismos de 2011, cuando se cometió la audacia de asentar como serios los datos (mejor dicho los cálculos o los anhelos) de una consultora que conocemos y que no aseguraba ninguna garantía científica de sus relevamientos. También sabemos, es cierto, que cobraba “dos pesos con cincuenta”, lo que de arranque ya representa un riesgo. Siempre será mejor pagar lo que vale una encuesta y no rifar la credibilidad, con la pretensión de orientar el voto, publicando falsedades.

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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Final de los “Apuntes del Secretario” de este domingo con el recuerdo de sucesos que ocurrieron muchos años atrás, aunque pueden relacionarse con el presente.
Con motivo del Día del Periodista, hace exactamente 25 años, regresaba a Catamarca el doctor Vicente Saadi, entonces gobernador de la provincia. No era un regreso cualquiera. Además, fue uno de los últimos, porque se encontraba muy enfermo y pasaba la mayor parte del tiempo internado en la Capital Federal. Desde su lecho de enfermo atendía asuntos de gobierno o realizaba algunos esfuerzos adicionales como este de estar presente en Catamarca para la celebración de los periodistas. Dijo en aquella oportunidad, a casi un mes de su fallecimiento, “la prensa ocupa un lugar trascendental dentro del sistema democrático y es justicia considerarla el cuarto poder”. En nombre de los periodistas presente en Casa de Gobierno, hizo uso de la palabra el extinto Juan de la Cruz Saseta.

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También aquella celebración del año ‘88 incluyó premiaciones especiales para los periodistas. El ministerio de Bienestar Social y la fundación Don Bosco, entre otros, destacaron a Víctor Manuel Consalvo, Rubén Lagoria y Orieta Cecilia Vera. Los dos primeros han muerto y Orieta es la actual conductora de la página web del diario El Esquiú.com.

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Tres “Apuntes” políticos de la época. El gobernador cordobés Eduardo César Angeloz, arribaba a Catamarca en junio de 1988. Lo hacía en campaña, pensando en la interna por la candidatura presidencial. Se reunió con la Junta Provincial en el hotel Pucará, almorzó con dirigentes radicales, fue a la Universidad por la tarde y presidió un impresionante acto público, en instalaciones de Red Star, por la noche. Dentro del peronismo, el Movimiento de Renovación y Lealtad Justicia que presidía el gremialista y docente Adrián Gordillo, ya fallecido, se pronunciaba a favor de la fórmula Cafiero - De la Sota. El resto de las agrupaciones respaldaba a Menem - Duhalde. Por último, el Partido de los Jubilados, nominaba al general Antonio Domingo Bussi como candidato presidencial para las elecciones de 1989. ¡Un horror!