Un día como hoy de 1974 era asesinado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) liderada por el tristemente célebre José López Rega, el dirigente peronista Rodolfo Ortega Peña, a la edad de 37 años.
Al comenzar el mes había muerto Juan Domingo Perón, cuando ejercía por tercera vez la presidencia de la República, y el poder había quedado en manos de su viuda María Estela Martínez, quien estaba totalmente subordinada a los designios de López Rega.
Ortega Peña había sido elegido diputado nacional un año y meses antes, y en su juramento utilizó la frase «La sangre derramada no será negociada». Junto con quien fuera secretario de Derechos Humanos y que falleció el año pasado, Eduardo Luis Duhalde, en 1973 lanzó la revista Militancia Peronista, de mucha repercusión dentro y fuera del partido Justicialista. Más tarde esa revista fue clausurada por el gobierno, de modo que editaron otra revista bajo el nombre De Frente, que a los pocos meses también sería clausurada.
Ortega Peña se recibió de abogado a los 20 años, haciendo al mismo tiempo la carrera de Filosofía y estudiando luego Ciencias Económicas. Según narran sus biógrafos, fueron famosas sus polémicas con el filósofo español Julián Marías sobre la ontología de Miguel de Unamuno; con Carlos Cossio sobre la teoría ontológica del derecho; con Tulio Halperín Donghi sobre la significación del Facundo (de Sarmiento); con Leopoldo Marechal y Ernesto Sábato sobre la estructura de la novela; con Córdova Iturburu sobre las pinturas rupestres de Cerro Colorado.
Al momento de su asesinato se había convertido en un crítico del gobierno nacional, porque consideraba que se violaba abiertamente el programa electoral. Su asesinato marcó el inicio de una violenta escalada en el accionar de la Triple A. Hacemos memoria de aquellos luctuosos hechos, para que nunca más se repitan. Que nuestros vínculos sociales y políticos se fortalezcan en el disenso y la libre expresión de las ideas.