Columna política

viernes, 30 de agosto de 2013 00:00
viernes, 30 de agosto de 2013 00:00

Mientras la Fiscalía de Delitos Especiales que conducen Marcelo Sago y Miguel Mauvecín cerró la investigación del crimen de Susana Aguilar y enviaron a juicio a Damián “Bebe” Cano, aún sigue siendo sombría la investigación del brutal asesinato de María Eugenia Rojas, que había ocurrido dos meses antes y que todo hace indicar que están íntimamente ligados a partir de la confesión que hizo Cano el miércoles 3 de abril, cuando según su abogado, Adolfo Castellanos, admitió la autoría de los dos hechos.
Esa confesión dejó en ridículo a la investigación que se había realizado hasta el momento, cuando el único culpable era Mauro Orce para los fiscales. De hecho, el crimen de Rojas sigue lamentablemente impune ya que en los siete meses que han pasado, son pocos los avances que tiene la causa. Orce fue liberado tras dos meses de detención pero aún sigue vinculado a la causa. Es lógico que antes de tomar otra medida significativa, se reúnan elementos que lo avalen, para que no pase otra vez lo mismo.

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Respecto de las pruebas con las que se tildó a Orce de asesino -nada más y nada menos-, su padre planteó en una extensa carta una serie de dudas que aún no tienen respuesta. Y que el Ministerio Público debiera responder y desmentir con absoluta claridad para recuperar algo de la alicaída confianza de la sociedad. Orce destaca, entre otros puntos preocupantes, que los investigadores policiales habían establecido que Cano era uno de los “principales” sospechosos del crimen de Rojas días después del hecho, pero que los fiscales se “negaron” a seguir esa hipótesis. También cuestiona, como lo hizo desde un principio, la poca claridad de las pruebas que supuestamente vincularon a su hijo, que fue a declarar como testigo y terminó dos meses privado de su libertad.
También Orce le dedicó un especial párrafo al abogado de la familia de la víctima, Enrique Lilljedahl, quien continúa sosteniendo la acusación en contra de Mauro. Lo acusó directamente de aprovechar que su padre es el “jefe de los fiscales” para influir en la investigación. Muchos interrogantes sin respuesta.

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