Hoy a las 8 comienza a regir la veda electoral. En este lapso, que concluye al término de los comicios del domingo próximo, no debe haber ningún acto proselitista. El objetivo de esta prohibición es el de permitir que los ciudadanos que están convocados a votar puedan reflexionar, teóricamente sin influencias, sobre su sufragio. Asimismo, la ausencia de anuncios y otras formas de promoción de candidatos o partidos, evitaría posibles incidentes entre simpatizantes de diferentes facciones.
Las encuestas que se usan cada vez más como una forma de inclinar la balanza hacia determinadas fuerzas partidarias, entraron a formar parte de las prohibiciones para que no se distorsione la expresión popular aún cuando ya haya concluido el plazo para emitir los votos, salvando que se produzca confusión entre la información real del recuento de votos y los datos que arrojaron los sondeos durante los comicios. Además, en casos en que aún haya ciudadanos esperando para votar frente a cada mesa con la escuela a puertas cerradas, podría darse que se anoticien de resultados de esas encuestas e influyan alterando su libre decisión.
Estos recaudos legales tienen gran importancia en el proceso de maduración cívica que requiere la democracia para consolidarse. Cuanto más libres sean los ciudadanos y ciudadanas para decidir su voto, más se fortalecerán las instituciones políticas de la provincia y el país.
En este marco no puede tener cabida el supuesto resquicio que deja la legislación en el ámbito de Internet, por el cual se filtrarían contravenciones a la veda electoral. Se habla de un vacío legal que permitiría que –por ejemplo- a través de las redes sociales se promocionen precandidatos o partidos, como también se difundan encuestas durante la veda. Si la letra de la ley no es clara, el espíritu de las prohibiciones sí lo es.
Si tenemos un verdadero respeto por los demás y por el orden legal, deberemos acatar a rajatabla la veda electoral.