Columna política

jueves, 5 de septiembre de 2013 00:00
jueves, 5 de septiembre de 2013 00:00

Oscar Castillo, desde 1984, vive del Estado. Fue secretario General, durante la intendencia de Yamil Fadel. Fue diputado provincial (1985-1989). También diputado nacional (1989-1993 y 1993-1997), más tarde gobernador (1999-2003) y finalmente senador nacional (2003-2009 y 2009-2015). Ni como legislador ni como gobernador se le conocen acciones de mérito. Por el contrario, su actuación no lo colocará jamás entre los estadistas de renombre. Pero hay algo que nadie se lo puede discutir: su habilidad política para mandar y tejer estrategias que le permitan mantener su status quo. Desde las sombras, fue el alma mater del movimiento social que llevó a la UCR al gobierno y durante 12 años mandó con mano de fierro. A partir de 2003, sin perder protagonismo, le entregó el poder a Brizuela y, ahora, lo ha recuperado con la inficionada sagacidad que lo caracteriza.

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El pacto no escrito que tiene con Barrionuevo no es nuevo. Tampoco es historia de amor. Viene de la década del 90, cuando ideó que, con una trampa a la voluntad popular, se lo podía colocar (a Barrionuevo) como senador nacional, en reemplazo de Saadi. Siguió con EDECAT, hasta que llegó el 2003, año en el que Luis se le sublevó y casi le quita la gobernación. Aquello pasó y nuevamente las “necesidades mutuas” los han reunido.

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El pacto al que Castillo y Barrionuevo llaman de “territorialidad” fue denunciado el 22 de octubre de 2012 por El Esquiú.com. Ya refrescaremos sus detalles. Ahora hay que saber que el objetivo supremo de Castillo no es otro que mantener la mayoría radical en la cámara de Senadores. Ese enclave, que domina desde hace 22 años, es vital para mantener el poder desde la sombra y cuidar, entre otras cosas, a la Justicia. Cuando el 11 de agosto vio la adversidad de los resultados en los 8 departamentos donde se elige senador, no dudó en renovar estrategias con Barrionuevo que, por su lado, le va a exigir que mande a votarlo como diputado nacional. ¡Jugada brava para ambos!

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