El Concejo Deliberante de Andalgalá acaba de autorizar al intendente Alejandro Páez (UCR) a gastar más de 24 millones de pesos en tres proyectos urbanísticos que consisten esencialmente en el mejoramiento de veredas. El principal dato, además de la exorbitante cifra en juego, es que son fondos de las regalías mineras, cuya inversión sólo puede realizarse, según la reglamentación vigente, en iniciativas de tipo productivo o de desarrollo sustentable.
Aunque los ediles justificaron con diversos argumentos semejante despropósito, lo cierto es que el jefe comunal tiene el visto bueno para avanzar con obras que bien podría financiar con otro tipo de fuentes, sea de origen provincial o nacional, para lo cual sólo se necesita realizar las gestiones pertinentes.
En la “Perla del Oeste” la noticia se conoció no sin suspicacias, ya que hubo apuro en la aprobación, justo cuando está por iniciarse una nueva campaña electoral.
El propio Páez, cuando se desempeñaba como concejal y su antecesor en el Ejecutivo andalgalense era el ahora senador José Perea, fue un duro crítico del uso que se le daba a las regalías mineras, y advirtió, en numerosas oportunidades, que el dinero debía destinarse a propuestas que permitieran la creación de fuentes laborales sostenibles después de que culmine el proyecto -Alumbrera- que posibilitó económicamente su puesta en marcha.
Por cierto que no puede encuadrarse un gasto como el que el intendente podrá efectivizar ahora dentro de lo previsto por la ley, aunque se diga que sirve para el turismo y, por ende, a la larga mejora los ingresos de la ciudad.
Páez reedita así prácticas que pares suyos, sin distinción de signo político, concretaron en años anteriores, sin que haya existido sanción alguna.
Lo más grave, cuando se trata de fondos provenientes de una actividad como la minera, es que su inversión debería ser especialmente cuidada, porque se trata de recursos que no se pueden reponer y que, si no son bien usados, implican perder oportunidades históricas de desarrollo.