El Secretario

viernes, 15 de diciembre de 2017 00:00
viernes, 15 de diciembre de 2017 00:00

Pasadas las convulsiones que fragmentaran a la oposición en la cámara de Diputados de la provincia -único espacio donde mantenían preponderancia para tomar decisiones reales merced a un ahora extinto acuerdo con el barrionuevismo- todos los ojos de quienes sí tienen capacidad para decidir se posan en la posibilidad de colocar nuevamente la reforma de la Constitución provincial en la agenda no sólo de discusión social, sino también de tratamiento parlamentario para el año venidero. 


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La historia de la reforma, por cierto, no está exenta de amagues y desplantes, algunos con mejores argumentaciones y otros con sencillas excusas, para que no exista un tratamiento real en el recinto. Ahora, con la oportunidad servida, no pasaron más de setenta y dos horas para que el presidente de la cámara de Senadores y vicegobernador de la provincia lanzara la sentencia de espera: ha llegado el momento adecuado para que se avance con el proyecto. Los senadores, dicho sea de paso, han estado mirando desde arriba cubiertos en mano y servilleta al cuello para hincar un mordisco de ese escenario. Lógicamente, lo que para los diputados podría ser un proceso mayéutico de tires y aflojes con el intento de sostener la unidad que les permitió quedarse con la cámara, para los senadores es una comida mucho más sencilla de atacar y digerir. 


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A pesar de la aparente facilidad con la que un proyecto de tamaña magnitud podría hacerse lugar a través del Senado, voces adentro del oficialismo no descartan -y algunas ya analizan con toda seriedad- que el voto de los senadores no será tan sencillo como pueda parecer para el oficialismo. Entienda y no se espante el lector: esta parece ser una magnífica chance para que cada legislador haga valer un poco de su alicaída labor institucional -la que colocó un feriado como máximo logro en todo 2017-, llevando la discusión al nivel crudo del intercambio político en el que el apoyo a la reforma cuente como una importante serie de aportes a cada departamento con el objetivo claro de sostener espacios de poder y generar la tan anhelada continuidad en la política. Nada es gratis, ni nadie es bobo. 

16%
Satisfacción
0%
Esperanza
66%
Bronca
8%
Tristeza
0%
Incertidumbre
8%
Indiferencia

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