El Secretario

viernes, 12 de octubre de 2018 00:00
viernes, 12 de octubre de 2018 00:00

Por naturaleza, la marcha de la gestión de gobierno es una usina permanente de rumores y versiones, en ocasiones porque se filtra algún acontecimiento interno y en otras porque es deliberadamente lanzado con alguna motivación específica. En los últimos días, un comentario que fue ganando fuerza es que presentaría la renuncia Rodolfo Micone, secretario de Estado de Minería, para renovar un área que no mostró alteraciones en la conducción desde la asunción misma de Lucía Corpacci.

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Micone es, de hecho, uno de los pocos sobrevivientes  de los años del Frente Cívico y Social, ya que asumió en la etapa final de la gestión de Eduardo Brizuela del Moral y fue ratificado primero cuando se produjo el cambio de gobierno y nuevamente al iniciarse el segundo mandato de la jefa de Estado. Casi una década al frente del área minera, habla por sí misma del conocimiento y la solvencia de Micone para el desempeño de sus tareas, ya que fue el brazo ejecutor de la política implementada por Corpacci. En estos años se cambiaron las reglas de juego para las empresas, obligadas a asumir compromisos que no se contemplaban anteriormente. La imposición de emplear más trabajadores locales, la exigencia de que las obras contempladas por Responsabilidad Social Empresaria se hicieran en Catamarca (así llegaron los hospitales de Andalgalá y Aconquija, por ejemplo), el arribo de nuevas inversiones (litio) y la apertura de los controles ambientales a la comunidad; pueden exponerse como los mayores logros. El elevadísimo nivel de conflictividad social generado contra la minería virtualmente desapareció y eso tampoco fue casualidad.

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No obstante, los tiempos avanzan y el Gobierno percibiría que es un momento apropiado para renovar el área, que no solo enfrenta un nuevo escenario sino que ha visto cambiar a todos los interlocutores del Gobierno nacional. De confirmarse el cambio, abriría una nueva etapa para la minería catamarqueña, que no apuntaría a dar golpes de timón, sino a mantener fresco un trabajo que ha dado buenos resultados hasta aquí, pero requiere nuevos bríos para todo lo que se avecina.
 

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