Apuntes del Secretario

martes, 16 de octubre de 2018 00:28
martes, 16 de octubre de 2018 00:28

La “causa de los cuadernos”, como lo reportan día a día los medios de comunicación, ya genera extraordinarias controversias. Es que la inteligencia humana no alcanza a comprender cómo puede haber empresarios que, supuestamente, cometieron el mismo delito –entregar coimas o aportes, que también eran coimas- y, tanto el fiscal Stornelli como el juez Bonadio, han determinado que unos queden presos y otros marchen, aun imputados, al calor de sus hogares. A partir de aquí surge el segundo culebrón: el de los arrepentidos. Los que se allanaron, a partir de declarar contra los funcionarios del exgobierno nacional o, específicamente, de su expresidente, consiguieron tal categoría y las llaves de la libertad. Quienes negaron los hechos permanecen en prisión. Sobre estas “curiosidades”, en la semana que pasó, el reconocido empresario periodístico Jorge Fontevecchia (diario Perfil) le dijo a Carlos Pagni (La Nación) que sabe de boca de varios empresarios que declararon ante Bonadio que, en medio de sus exposiciones, este último los frenó con una frase que explica muchas cosas: “pare, pare…solo quiero que me hable de Cristina Kirchner”. Semejante denuncia podría llevar a Fontevecchia ante algún tribunal para que ratifique o rectifique tamaña declaración, que se conecta con otra anterior de Pagni: “Si no hay pan, que haya circo”. A este descalabro judicial se suma la incidencia de un personaje casi de leyenda: José López. Se trata del tucumano que, en junio de 2016, revoleaba bolsos con millones de dólares por sobre la tapia de un convento bonaerense. Lleva ya cuatro declaraciones distintas y podría ser citado nuevamente para que vaya acomodando sus dichos y, así, completar la comedia de enredos que lamentablemente puede impedir que se descubra la verdad. Y la verdad tiene que ver con el financiamiento espurio de la política y la corrupción de los empresarios, principales responsables del caos argentino. ¡El chofer Centeno no escribió cosas que no hayan existido! ¡Que quede claro!

Salvando las distancias, en Catamarca, el juez Contreras lleva adelante un caso bastante parecido, con la única diferencia de que no tiene cuadernos, arrepentidos, empresarios que hayan aceptado la comisión de un delito o funcionarios acusados. Eso sí, cuenta en el expediente que le toca estudiar con el nombre de un personaje que está encuadernado: José López. Este hombre que para algunos medios de prensa pasó de delincuente común a héroe nacional tiene que venir a declarar porque, junto a Rubén Dusso, fue imputado por el fiscal Santos Reynoso por el delito de concusión (para la Justicia, algo así como una coima atenuada, especialmente para los empresarios). Antes de la huida del fiscal, disfrazada de licencia, éste le elevó la acusación a Contreras con elementos desprovistos de toda coordinación fáctica. Según se sabe, estimó que en los años 2003 y 2004 “Lopecito” repartía las obras de viviendas en Catamarca y los contratantes tenían que hacer “un aporte” que era recogido por Dusso, quien no era funcionario, para ser trasladado a Buenos Aires. En esta película, increíblemente, las autoridades provinciales de aquel entonces (Eduardo Brizuela del Moral, padre e hijo, Pedro Molas, Paroli, etc.) eran meras espectadoras de negocios que hacían a sus propias responsabilidades y, para Reynoso, no las asumían. Más o menos como que Dusso, sin cargo ni jineta, era el gobernador de hecho. ¡Según Reynoso, lo resolvía todo!

Conforme a sus propios dichos, el juez Miguel Ángel Contreras llamaría en las próximos días a los empresarios que pudieron haber pagado coimas, pero éstos tienen que ser perfectamente identificados por las figuras centrales del hipotético affaire: el empresario Jorge Marcolli, quien desencadenó los hechos con una denuncia periodística –Reynoso la tomó de oficio- que alentó a extremos nunca vistos al diario El Ancasti y al exempresario Fernando Rivera que, en calidad de testigo, avaló los dichos de su amigo Marcolli. Si conocen los nombres de los corruptos –pagar coimas tiene el mismo efecto que recibirlas- deben denunciarlos y permitir que, a fin de colaborar con la Justicia, el juez tenga un panorama más amplio del caso. En ese sentido, Contreras ha sido más que claro al indicar por los medios de comunicación que “es elemental identificar a los empresarios”. Por ello, espera que Marcolli y Rivera amplíen sus dichos, ya que de “Lopecito” es poco lo que se puede esperar. Se trata de un delincuente con graves problemas de equilibrio mental y, por lo tanto, su declaración puede tener un valor relativo.

Volviendo a Fernando Rivera, su posición es realmente inentendible. Ayer, con toda la fuerza, ha afirmado que no le dará a la Justicia el nombre de ningún empresario de Catamarca, porque en realidad “ellos (por la Justicia) conocen perfectamente los nombres de cada uno de los empresarios comprometidos”. Desconocíamos este dato, pero, de igual manera, como Rivera se ha proclamado un justiciero en favor de los intereses de Catamarca (hasta lloró el día que le tocó declarar), tiene la obligación moral de dar a conocer los nombres de quienes pudieron haber cometido delito. De lo contrario, si sabe y guarda silencio, inmediatamente se convierte en cómplice. Y si no lo sabe, sería un tremendo embustero, cuyo único objetivo es comprometer al actual ministro de Obras Públicas. Tampoco Rivera se acuerda del Frente Cívico, que gobernaba en los años 2000 y tenía autoridades, con las cuales mantenía una excelente relación, al punto de ser adjudicatario de obras. De ellas, como de los empresarios, parece no querer hablar. Pero como acusa a Dusso de coimas, obligatoriamente tiene que haber un coimero y algunas firmas que avalen la participación del Estado. Es que, sencillamente, no se pueden hacer obras públicas sin la intervención de las autoridades. Un auténtico galimatías en el que Rivera juega una gran batalla. Será testigo creíble o pasará un tremendo papelón. De otra forma no se entiende que, al decirse democrático y republicano, no quiera colaborar con la Justicia, con lo que corre hasta el riesgo de ser acusado de falso testimonio.

Excelente noticia. La cámara de Senadores acaba de convertir en ley el proyecto de la diputada Cecilia Guerrero (PJ-Frente para la Victoria) por el cual será obligatorio, por parte del Poder Judicial, publicar todas las sentencias que se dicten. Logrado el instrumento legal, habrá que seguir con la reglamentación que, seguramente, determinará las formas en que se ejecutarán esas publicaciones para que puedan, a su vez, ser receptadas por los medios de comunicación. Se trata de un verdadero avance institucional, en el sentido de que los ciudadanos podrán saber un poquito más de lo que ocurre entre las paredes de los tribunales de Catamarca que, salvo en los casos de resonancia pública, poco se conoce. De esta información, obviamente, se sabrá quiénes son los jueces y fiscales que trabajan a destajo y quiénes lo hacen a media máquina o directamente no lo hacen. Debemos aclarar que las oficinas de información existen en varias provincias, lo mismo que en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la que tuvo un éxito rotundo al abrir sus actividades al conocimiento de la gente.
Hablando de información judicial. A fines de la semana anterior, la comisión de Acuerdos de la cámara de Senadores prestó aprobación a los pliegos de tres magistrados. A raíz de ello, el abogado Jorge Avellaneda exigió disculpas al presidente de la comisión –Raúl Chico- por referencias a la actividad que, siendo juez civil, le tocó desempeñar hasta hace un año. Al parecer, durante la sesión, se aludió a los atrasos en algunos juzgados, lo que habría molestado a Avellaneda, en orden a que se lo reconoce como alguien que supo cumplir con su trabajo y, según una carta que publicó en El Esquiú.com, dejó su despacho y sentencias interlocutorias al día, con la excepción de algunas sentencias definitivas que, por exceso de trabajo, habrían quedado pendientes al momento de jubilarse. Por este motivo el senador de Santa María, Raúl Chico, nos aclaró telefónicamente (tenemos los audios) que lo que habló fue en nombre de la comisión que estudió los pliegos y no en forma personal, aclarándole y pidiéndole disculpas a Avellaneda, si es que caben, porque no hubo alusiones de carácter personal. Es más. Hizo hincapié en que lo actuado por la comisión fue con base en documentación que se recibió o salió de las entrevistas personales que se hicieron con los postulantes a juez.

RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, el último bloque está destinado a memorar hechos del pasado cercano.
Una vez que se confirmó el triunfo del menemismo, en gran parte del país, durante las elecciones de octubre de 1993, el expresidente Carlos Menem se pronunció por la convocatoria a un plebiscito para que resolviera sobre la reforma de la Constitución Nacional, un sueño personal que apuntaba a poder ser reelecto en 1995. Ese plebiscito, en principio, fue programado para el 14 de noviembre, pero finalmente no se realizaría al abrirse un marco de diálogo entre el peronismo y la oposición radical, centrada en la señera figura del extinto Raúl Alfonsín. En ese momento, el menemismo estaba en su mejor momento. No solo había contenido la inflación, por aplicación del Plan de Convertibilidad (un dólar igual a un peso), sino que el día 3 de octubre había ganado la ciudad de Buenos Aires, en la que ni siquiera Juan Perón pudo hacerlo. Lo hizo con la candidatura a diputado nacional de Erman González, su exministro de Economía y Defensa, pero más conocido por ser el padre del Plan Bonex, por el que Estado había incautado los depósitos en el sistema bancario de los ciudadanos en 1989. Aun con este antecedente, el menemato ganó en la Capital Federal.

El Esquiú.com

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Comentarios

16/10/2018 | 09:18
#149006
Me alegro coincidir con el Editorialista o el grupo de periodistas que la redactaron. Muy buena. Y dice lo justo.¿No será un fabulador Rivera? Se me ocurrió porque si dice saber los nombres, pero le dice al Juez Federal (no a cualquier Juez) que no va a decir los nombres es: UN CÓMPLICE (si los sabe y no los dice como testigo) UNO DE LOS EMPRESARIOS COIMEROS ( en ese caso PUEDE HASTA MENTIR) y de decir los nombres DEBE INCLUIRSE Y PASARÍA A IMPUTADO o es un FABULADOR a lo que nos acostumbró el FCyS en la època del Crimen de María Soldad Morales, donde todos vieron, escucharon o presenciaron...LO QUE NI VIERON, NI ESCUCHARON NI PRESENCIARON.

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