De la promocionada reunión del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con el diputado Manzi y su ariete en el orden nacional, Orieta Vera, al parecer quedó claro que, para ningún postulante a gobernador de Cambiemos, habrá bendición de la Casa Rosada. Si lo dijo el propio Manzi, no hay motivo para dudar, pero si para hacer algunas especulaciones casi elementales. La alianza en Catamarca, más allá del reconocido médico, no tiene unidad y, lo que es mucho peor, no hay signos que el objetivo se vaya a alcanzar en el corto plazo. Es que la fractura que produjo “la interna radical que no fue” del pasado 2 de junio sigue expuesta y, por encima de los cantos sectoriales, amenaza con no soldar por largo tiempo. La idea de Manzi, por cierto, es lograr entendimientos con los bandos en pugna y continuar con el trabajo proselitista, alentado por Frigerio como requisito indispensable para que Buenos Aires mire a Catamarca con mayor interés que en el presente. Más claro: si no hay unidad en serio, los operadores nacionales saben a ciencia cierta que el peronismo retendrá la provincia, a pesar de que el voto radical o del viejo Frente Cívico es mucho menos lábil que el peronista, un sector donde no todo es color de rosa. También tiene internas y resentimientos que, por lo pronto, están bien disimulados.

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La apreciación política del primer bloque de estos “Apuntes”, como se sabe, fue reafirmada por Fernando Navarro, alineado con Brizuela del Moral, Ricardo Guzmán, Augusto Acuña y Horacio Pernasetti, entre otros. El concejal, sin filtrar nada, sentenció “el comité provincia está lejos de llamar a la unidad”, a partir de lo cual se refirió al tono de la respuesta que recibió Pernasetti por haber planteado la normalización del partido antes de pensar en precandidaturas. Efectivamente, el exdiputado nacional había afirmado que el presidente del comité provincial, el andalgalense Alejandro Páez, no respondía con hechos concretos a expresiones que aludían a un proceso de unidad que estaba avanzando. En honor a la verdad, fueron palabras vacías las de Páez, porque los problemas y diferencias que arrojó el 2 de junio siguen plenamente vigentes. Es más. A Pernasetti le dijeron que intenta perjudicar y crear microclimas de tensión. Conociéndolo como lo conocemos, descreemos de la acusación. ¿O se hizo belicista, cuando no lo fue nunca, en cercanía de los 70 años?

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Otras precandidatura se echó a rodar de cara al año venidero. Se trata del exdiputado provincial y actual conductor del Plan Belgrano, Miguel Vázquez Sastre, quien pretendería -¿o busca otra cosa?- la silla de intendente de la Capital, la más preciada después de la gobernación. El dirigente, que no pudo disputar la interna partidaria con Roberto Gómez por decisión de la Junta Electoral partidaria, ha confesado sus intenciones y confía en el apoyo que pueda recibir de la conducción nacional, la misma que lo colocó en el Plan Belgrano, un organismo casi ficticio que podría terminar jugándole en contra. Es que la famosa propuesta que, en 2015, utilizó Mauricio Macri para acumular votos en el norte argentino, se convirtió en una mentira gigante porque no derramó ni un penique por tierras ambateñas y hasta sirve para algunas comparaciones muy ocurrentes como la que, semanas atrás, empleó la diputada Adriana Díaz al indicar “ni los radicales saben qué es el Plan Belgrano”.

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Quien no se amilana es el concejal Simón Hernández, que va en busca del viejo sueño de gobernar San Fernando del Valle. Acaba de ratificar que competirá para suceder a Raúl Jalil, lo que ya hiciera hace tres años cuando fue a la primaria con Raúl Giné y Ricardo Guzmán, dos pesados con los que perdió en el sprint final. Esta virtual precandidatura, más la de Vázquez Sastre y otras que están en danza, como la de Flavio Fama, conforman el preanuncio que se viene una gran batalla dentro de la oposición. Por ello, precisamente, nadie debería desacreditar a la sugerencia Pernasetti: “primero la unidad, después las precandidaturas”.

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Las redes sociales, por el tratamiento del presupuesto, explotaron esta semana. Hubo críticas para los opositores que terminaron votando a favor, pero las críticas al macrismo no fueron menos. Rescatamos una de ellas. El militante peronista, Víctor “Tico” Martínez, escribió en el diario digital “El Emilio” una nota que titula “Estoy haciendo lo que iba a hacer…nada” (M.M.). En uno de sus párrafos expresa lo siguiente: “el pueblo se encuentra frente a un gobierno nacional que extorsiona a los gobiernos provinciales con otras tantas falsas promesas de dádivas que jamás aparecerán, y otorgando ‘libertad’  para más endeudamiento provincial a cambio de que exijan a sus legisladores que voten el presupuesto 2019 a libro cerrado, caso contrario aparece la amenaza del cierre de la “canilla” de lo poco que quedó  de  fondos nacionales coparticipables. Y la canilla nunca se abrirá en el 2019 porque son ‘otras las obligaciones contraídas espuriamente en el plano internacional’. Más que estúpidos por creerle a un mitómano, los legisladores nacionales que aprueben con su voto este vergonzoso  presupuesto 2019 elaborado por el F.M.I. serán traidores a su patria chica, a la Patria y a sus votantes. El presupuesto enviado al Congreso Nacional nada tiene de nacional y fue elaborado por los técnicos del F.M.I.  con el sólo fin de cumplir con los compromisos de una deuda adquirida por este gobierno  y cuyos fondos nadie sabe adónde fueron a parar (o mejor dicho sí se sabe, pero todos miran para otro lado, como Laura Alonso). El Congreso Nacional, en su conjunto -por las razones que se argumenten-, ni siquiera se animó a cuestionar y menos averiguar en qué maraña de corruptelas financieras ‘PRO’ se volatilizaron los dineros públicos. Cuando no se cumple con las promesas hechas a los votantes, se traiciona ese voto. Se puede ser político (respetuoso del mandato popular) o politiquero (oportunista que solo mira el cargo y su ombligo)”. 

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En una entrega anterior de los “Apuntes” revelamos las curiosidades de la denuncia penal que el concejal de Andalgalá, Sebastián Almada, entabló contra el Ejecutivo Municipal y el reconocido abogado local, Luciano Rojas, del que nadie sabe cómo llegó a ser fiscal de un municipio que está ubicado a más de 200 kilómetros del lugar de su residencia habitual. ¿Serán cuentas de la política que se pagan con un cargo público a nivel de Secretario de Estado? Las debería explicar, con lujo de detalles, el intendente Páez, nada menos que el actual presidente del comité provincial de la UCR. Como recordarán los lectores, Rojas salió a defender a un probable dependiente infiel (se habría quedado con partes de una moto secuestrada en un operativo de tránsito) del municipio al que le toca cuidar sus intereses. ¿Cómo se entiende semejante incompatibilidad funcional? Otro interrogante sin respuesta. Más allá del caso, habría otro parecido e inquietante.

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La referencia anterior es bastante más intrincada que la de Rojas y tiene como protagonista al abogado Juan Alberto Reinoso Molina. Se trata de un concejal del municipio de Saujil-Pomán (UCR-Cambiemos) que, al mismo tiempo, se desempeñaría como asesor legal de la Municipalidad de Andalgalá, donde cumple funciones y posiblemente tenga una retribución como tal. Esto solo genera dudas (¿doble cobro al Estado?), pero hay más. El abogado en cuestión defendería intereses particulares en contra del pobre y vapuleado Estado. Según información confiable, sería el apoderado del famoso empresario Cristóbal López, propietario del Grupo Indalo, demandado por el municipio de Pomán por no pagar tasas, contribuciones e incumplir con Ordenanzas. De confirmarse estos hechos, ¿no sería menester que actúe el Colegio de Abogados y que los concejos deliberantes o los intendentes pongan las cosas en orden? En definitiva, la víctima siempre es el Estado. O sea el dinero del conjunto de los ciudadanos.

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RECUERDOS. El último bloque, como es habitual, incluye recuerdos preferentemente políticos de hace 25 años. En octubre de 1993, con el peronismo catamarqueño replegado al rol de opositor, se discutía en el país la necesidad de la reforma constitucional que abriría las puertas a la reelección de Carlos Menem, lo que finalmente ocurriría. Con este marco, se llevó a cabo el famoso congreso nacional de Parque Norte, en la Capital Federal, donde se echaron las bases para avanzar con el tema. Por Catamarca, en calidad de congresales, concurrieron Ramón Saadi, Jorge Díaz Martínez, David de la Barrera, Edgardo Macedo, Carlos Alberto “Matura” Nieva, Manuel Isauro Molina, Alberto Natella, Alberto Trezza, Armando Seco, Luis Saadi, Hugo Corpacci, Samuel Antonio Nóblega, Cecilia Guerrero y Oscar Romero. Uno de los que protestó por no ser incluido en la delegación fue Angel Arturo Luque, quien al momento de la elección de congresales había sido impugnado. Del listado, como puede apreciarse, los únicos que siguen actuando en política son Edgardo Macedo (secretario general de la gobernación), Hugo Corpacci (funcionario del ministerio de Producción) y los diputados provinciales Manuel Isauro Molina y Cecilia Guerrero. Varios, por otra parte, están fallecidos, como Luque, Armando Seco, Alberto Natella y Carlos Nieva.