El Secretario
Por ahora, y cuando desvanece 2018, coinciden malas noticias para el gobierno nacional y, particularmente, para Macri que, en un reportaje concedido a una radio catamarqueña, acaba de ratificar que irá por la reelección en 2019. Todos los relevamientos de opinión, hasta de consultoras afines a la Casa Rosada, lo colocan con números demasiado apretados, lejos de los que ostentaba en octubre de 2017 (ganó entonces las legislativas) cuando en Cambiemos no había dudas de un triunfo rotundo en primera vuelta. Esa percepción, lo repetimos, ha desaparecido. Desde la reforma previsional, que impactó en millones de jubilados, hasta el acuerdo de ajuste con el FMI, pasando por los tarifazos, el “presi” ha ido barranca abajo, al mismo tiempo que el peronismo ha comenzado a olfatear el regreso al poder.
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El nuevo escenario electoral, como se aprecia día a día, comienza a disparar situaciones de hecho en términos de estrategia. Independiente del peronismo, que parece salir de sus conflictos internos y de los letargos que siguieron a la caída de 2015, en varias gobernaciones se estaría analizando la posibilidad de adelantar elecciones para escapar a la contienda nacional. De acuerdo a un reporte de la bien informada “lapolíticaonline”, a tanto llega la preocupación que habría provincias alineadas incondicionalmente con el macrismo que optarían por desdoblar. Entre ellas señala a Jujuy, gobernada por el radical Gerardo Morales, y la mismísima provincia de Buenos Aires, donde reina María Eugenia Vidal.
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El caso de Jujuy es emblemático para el norte y toca de cerca Catamarca. Recibió grandes transferencias de dinero y, por el desgaste de Macri, le genera dudas a Morales de retener el poder. Algo parecido ocurre con La Rioja, donde el peronismo cayó en 2017, pero tiene chances si consigue la unidad. En Catamarca, como en Tucumán y Salta, la imagen presidencial va por los mismos rumbos jujeños, fenómeno que se cristalizaría por la caída de las expectativas y la farsa del Plan Belgrano, que prometió reivindicaciones históricas y quedó en la nada misma.
El Esquiú.com