Horror

domingo, 18 de noviembre de 2018 01:18
domingo, 18 de noviembre de 2018 01:18

Hace 40 años, alentados por el líder de una extraña secta llamado Jim Jones, 918 personas perdieron la vida en un remoto lugar de Guyana, en el noroeste de América del Sur.

El “mayor suicidio colectivo de la historia”, lo calificaron los medios que cubrieron la tragedia. Sin embargo para otras personas, como Laura Johnston Kohl –una de las sobrevivientes de la masacre-, se trató de un crimen mucho más grave.

Hasta el día de hoy no se sabe si fue un suicidio masivo o un asesinato en masa. ¿Qué ocurrió aquel 18 de noviembre que causó semejante desenfreno de muertes?

Habría que empezar a contar la historia desde su germen: tres años antes, cuando Jim Jones y los seguidores del Templo del Pueblo decidieron mudarse desde California a esa esquina recóndita en la jungla.

El Templo del Pueblo fue una agrupación religiosa fundada en los años 50, teñida de secretismo y siempre liderada por un llamativo personaje: Jim Jones.

Jones fundó el Templo del Pueblo en su natal Indianápolis en la década de los 50, con la idea de amalgamar el ideal socialista, perseguido en aquellos años, en una comunidad donde no existieran fronteras de raza o nacionalidad. Pero gran parte del atractivo para captar miembros emanaba del discurso seductor de Jones. Y esa fascinación pronto se convirtió en lealtad, que se transformó después en fanatismo. Y terminó en idolatría.

En Jonestown se realizaron varias actividades donde se hablaba de igualdad económica y racial. Se construyeron casas, se estableció una comunidad que muchos no dudaron en describir como el paraíso. Pero, poco a poco, la personalidad de Jones comenzó a volverse errática. Lo que hizo con sus seguidores fue calificado como de “lavado de cerebro”, y se multiplicaron las denuncias de abusos.

Cuando Jones se vio rodeado, las secretarias y enfermeras que trabajaban con él comenzaron a entregar frascos llenos de cianuro. La gente las bebió. Se lo dieron también a los niños y a los bebés. Más de 900 personas se desplomaron muertas.
Jones fue hallado muerto también, pero no había sido derribado por el cianuro, sino por el disparo de una escopeta.
Pocas historias guarda la humanidad tan horribles, y tan difíciles de entender.

5%
Satisfacción
2%
Esperanza
50%
Bronca
30%
Tristeza
8%
Incertidumbre
2%
Indiferencia

Comentarios

Otras Noticias