Resurgir
Los grandes espacios verdes de las ciudades, especialmente aquellos de relevancia social por historia e inserción privilegiada en las tramas urbanas, han servido siempre de refugio, no solo para las personas que buscan tranquilidad y sosiego, o la posibilidad de hacer deportes, sino también para múltiples especies animales y vegetales que forman parte de su ecosistema.
A la mente vienen, por poner solo algunos ejemplos harto conocidos, el famoso Central Park de Nueva York, los Bosques de Palermo, en Buenos Aires o, más cerca, el Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba.
En nuestro país, muchos de esos espacios tuvieron un irregular mantenimiento a lo largo del tiempo y no pocos evidenciaron un estado lamentable por la falta de inversión pública, convirtiéndose en verdaderos “aguantaderos” en horario nocturno.
De a poco, las familias los fueron abandonando y, a pesar de su importante valor social, quedaron relegados de los ámbitos habituales de recreación y esparcimiento.
Con las nuevas improntas de diseño urbanístico y de revalorización del patrimonio dentro de las políticas estatales, cobraron nueva vida en razón de que se volvieron imprescindibles como “pulmones” verdes en medio de la trama de asfalto, ladrillos y cemento.
Nuestro Parque Adán Quiroga, precisamente, fue víctima de ese abandono oficial en tiempos no tan lejanos, que lo hicieron un lugar oscuro en el que incluso se cometieron crímenes, inserto en medio de San Fernando del Valle.
Afortunadamente, las cosas empezaron a cambiar en el marco de las acciones municipales de recuperación del espacio público.
Luego del plan de puesta en valor de las principales plazas, llegó el turno del Adán Quiroga.
Algunas de las mejoras ya son notorias, como la pista para correr dentro del “óvalo”, el sector del Rosedal que incluye una pérgola, la avenida que permite la conexión con la zona de los boliches y el estanque en el que se incorporaron botes a pedal.
Ahora se anunció la creación de un jardín japonés y hasta se habla de instalar un trencito, elementos que contribuirán seguramente a la nueva vida que se pretende para el parque y, con ello, una evolución que era fundamental para acompañar las demandas de la sociedad actual.