En coincidencia con las festividades marianas, la gobernadora Corpacci tuvo el viernes otra jornada de satisfacción. Frente al obispo diocesano, Luis Urbanc; el presidente de la Cámara de Diputados, Fernando Jalil; el intendente Alejandro Páez y sus colaboradores inmediatos, produjo la inauguración de una obra importantísima, muy cara a las fibras católicas. Hablamos de la restauración de la Iglesia San Francisco de Asís de la ciudad de Andalgalá, la cual permanecía clausurada desde hace aproximadamente 10 años a consecuencia de graves fallas estructurales, muchas de las cuales se agravaron por las filtraciones de agua que hicieron peligrar su existencia misma. La realización, que incluyó la recuperación de tres arañas que cuelgan del techo con sus candelabros, implantes de mármol, lustrado de los bancos, pisos nuevos, iluminación moderna y la restauración general del templo –se ubica frente a la plaza principal- respetando las características de su fundación, significó otra cucarda para el ministro de Obras Públicas, Rubén Dusso, el principal orador del acto. Durante su alocución explicó, punto por punto, cómo se llegó al final feliz de poder rehabilitar un templo que parecía perdido. Entre otros detalles, señaló que fueron años de trabajo y se lograron los objetivos previstos, como recuperar el viejo campanario y el centenario reloj que tanto conocen y quieren los viejos pobladores.

Desde lo político, cabe destacarlo, la jornada andalgalense dejó algunos apuntes jugosos. Por ejemplo, Lucía Corpacci no permitió que se mezclaran los tantos y mandó a bajar una foto suya, con la banda de gobernadora cruzada sobre su pecho, que pensaba usarse con fines proselitistas. Bien porque, de hecho, se trataba de un acontecimiento asociado a la religiosidad que convocó alrededor de 3.000 personas que no fueron invitadas a un mitin precisamente. También debe anotarse como positiva la presencia del intendente Páez (actual presidente del comité provincial de la UCR), que hizo las veces de anfitrión y declaró huésped de honor a la mandataria. Lo mismo vale para el presidente de la Cámara baja, Fernando Jalil, que hizo su aporte institucional en un acto que no se repite todos los días.

Donde sí hubo política, con la gobernadora como figura central, fue durante la visita del diputado nacional Felipe Solá, un dirigente de primerísimo nivel en el concierto nacional, a punto tal que figura en la grilla de eventuales presidenciables. El visitante, que sabe muy bien lo que significa administrar una provincia –fue por dos períodos gobernador de Buenos Aires-, destacó la gestión de la mandataria local y se refirió especialmente al hecho de priorizar la situación provincial por encima de la coyuntura nacional, de la que Lucía participa por ser la vicepresidente segunda del Partido Justicialista. Más allá de sus declaraciones a El Esquiú.com, en la que calificó como una catástrofe la marcha del gobierno de Macri, hubo evidentes señales de entendimiento entre Solá y Corpacci, las que podrían prolongarse en el tiempo electoral que se avecina y que tendrá a ambos como protagonistas.

Braman las encuestas de fin de año. Desde la Capital Federal hacia el resto del país buscando escrutar qué puede pasar en el futuro cercano. Las preguntas por la sucesión presidencial, en un noventa por ciento giran alrededor de la eventual reelección de Mauricio Macri o un eventual regreso de Cristina Kirchner a la cima del poder. También se pregunta por María Eugenia Vidal, Sergio Massa o Juan Manuel Urtubey, pero la mayoría de las consultoras lo hace como alternativas a quienes parecen polarizar la elección o, tal vez, buscan que esa polarización los favorezca a ambos. Claro está que solo uno se quedará con la gloria del triunfo y el perdedor, él o ella, hocicará para siempre en sus pretensiones de adueñarse de la poltrona mayor de la Argentina.

Los encuestadores, asimismo, después de auscultar los pensamientos nacionales, penetran en las cuestiones provinciales. En lo que atañe a Catamarca, la pregunta casi obligatoria es si el ciudadano está conforme con el gobierno o estima que Lucía debe intentar un tercer mandato. Inmediatamente se suma a los cuestionarios automáticos Raúl Jalil, única alternativa para las consultoras que actúan desde Buenos Aires con los relevamientos de opinión pública. Sobre los precandidatos de la oposición se pregunta, mayoritariamente, por Eduardo Brizuela del Moral, Rubén Manzi, Flavio Fama y Miguel Vázquez Sastre. No conocemos resultados de las últimas semanas, empero es dable asegurar que el gobernador radical tenía la mejor performance hasta finales de agosto o principios de septiembre. Esta situación no deja de preocupar a Cambiemos, que reconoce en Brizuela del Moral potencia electoral y, al mismo tiempo, duda que esa potencia le pueda alcanzar para desalojar del poder al peronismo. Sin embargo, casi en paralelo, más de un analista entiende que una quinta precandidatura de Brizuela del Moral reforzaría las chances de que la alianza pueda ganar en la Capital, donde no será fácil reemplazar a Jalil, cuya gestión no se discute.

Víctor “El Gato” Luna, tras superar el escándalo de su candidatura 2017 –fue la sexta en fila-, ha vuelto a hablar y lo hace con una autoridad que no se refleja en la consideración de los afiliados, mucho menos de los radicales que están fuera del partido, a los que acusó de cometer delitos penales con motivo de la interna que debía llevarse a cabo el 2 de junio pasado y, como se sabe, fue suspendida por decisión de la Junta Electoral. Ahora ha proclamado, sin ponerse colorado, que “el Frente Cívico no mira solo hacia dentro, sino que lo hace sobre todo hacia fuera”. La expresión, tratándose de un reeleccionista de carácter vitalicio, encierra un cinismo desmedido y al proponer la incorporación de figuras del empresariado como Walter D’Agostini o el chacarero Antonio Prevedello, de alguna forma, las está neutralizando. No creemos que, al menos los dos nombrados, estén conforme con el auspicio de Víctor Luna, uno de los tantos dirigentes que, bien se sabe, ha vivido de la política y no para la política. De hecho, no se le recuerda ninguna actuación de méritos ciudadanos o de defensa efectiva del bien común, más allá de declaraciones vacías y sin compromiso como las que realizan la gran mayoría de los legisladores provinciales.

Si bien es cierto que la gestión de Maximiliano Brumec, al frente de la Secretaría de Deportes, es valorada por la gente, no lo es menos que aún se mantienen situaciones un tanto incomprensibles y que hablan del mal uso del dinero público, que no siempre sale del organismo encargado de administrar el funcionamiento del deporte. El ejemplo más evidente tiene que ver con los equipos de fútbol que, en los últimos años, tomaron parte de los torneos de AFA y demandaron ingentes gastos del Estado sin que los resultados hayan acompañado o la participación haya dejado algún hito positivo para Catamarca. Entre Unión Aconquija, Policial, Villa Cubas, San Lorenzo de Alem y Defensores de Esquiú (el único que logró algo en la cancha, al conquistar un ascenso del viejo Federal “C” al “B”), teniendo en cuenta los niveles de pobreza de Catamarca, gastaron dinero a raudales. También las incongruencias se aprecian en otras actividades deportivas, como ser el básquetbol y el vóleibol. Ambas disciplinas tienen participantes en certámenes nacionales, pero resulta que no hay competencia local, lo cual es realmente inentendible. Para peor, estos días salió a dar lecciones de administración el senador Mera que, a más de fútiles declaraciones, no ha hecho absolutamente por la provincia en cuatro años de gestión como senador nacional. Desde la irresponsabilidad, ha dicho que al estadio “Bicentenario” se lo debe poner a funcionar. Está bien. Nosotros le preguntamos cómo y para qué. Agregamos otra pregunta para el senador: ¿sabe que hay un litigio judicial irresuelto por el estadio? O simplemente habla para hacer política barata y repartir culpas en partes iguales (el empate le sirve para agredir al gobierno, del cual participó hasta 2015), cuando la historia es diferente.

El viernes, durante un emotivo acto de homenaje a médicos que cumplieron nobles tareas u otros que completaron 50 años de ejercicio profesional, el Colegio Médico de Catamarca ratificó su postura en relación al plus médico. Lo hizo a través de su titular, Guillermo Raúl Martínez, quien en el discurso central reafirmó que los colegiados tienen que cobrar un honorario mínimo y ético, lo que en buen criollo significa justificar los medios para llegar a esa cifra. Es decir, percibir plus. Además, reivindicó al Círculo Médico como la única entidad en condiciones de establecer convenios de prestación lo que, de acuerdo a la ley anti-plus, ha sido puesto en duda.

RECUERDOS.

Como lo hacemos habitualmente, comentamos los acontecimientos del pasado en el último bloque de los “Apuntes”.

El 9 de diciembre de 1993, el entonces interventor del Instituto Provincial de Previsión Social (IPPS), Jorge Greco, comenzaba a hablar de la transferencia de la Caja de Jubilaciones a la Nación que, seis meses más tarde, se iba a concretar. Daba cuenta ante los medios de declaraciones como “dentro del marco del sistema previsional vivimos una situación terminal” o “hoy tenemos un cuadro con un déficit irreversible”. En el mes previo, el mismo funcionario, que terminaría como ministro de Economía y dueño de prácticamente todos los manejos financieros de la provincia, había advertido que la transferencia de docentes a la provincia agravó los problemas.

También hacia finales del año 1993, Oscar Castillo –era diputado nacional- lograba una gran distinción. Era nombrado vicepresidente segundo del comité nacional de la UCR, con lo cual únicamente quedaba por debajo de Raúl Alfonsín, el presidente, y del rionegrino Horacio Massaccesi, vicepresidente primero. Asumía el cargo en plena discusión por la reforma constitucional y a días de la cumbre Alfonsín-Menem en la residencia de Olivos. 

El Esquiú.com