En la ciudad de Tinogasta se realizó días atrás una audiencia pública en la que el municipio local, junto a referentes de la Provincia y expertos vinculados al patrimonio, pusieron a consideración de los vecinos el anteproyecto del “Paseo de los Sabores”.

Se trata de una propuesta integral para recuperar el viejo edificio de la escuela de comercio “Bernardino Rivadavia” de la cabecera tinogasteña, estratégicamente ubicado en la zona céntrica de esa localidad.

La idea es construir allí un bar temático y salón de conferencias con capacidad para cien personas, con los últimos adelantos tecnológicos en sonido y proyección de imágenes, además de refuncionalizar el patio central y las aulas para exposiciones de artistas y pequeños productores.

El paseo es parte de la obra pública que financiará con el préstamo de 13 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento y que permitirá viabilizar un Plan Estratégico de Turismo Sustentable, que incluye trabajos en todo el territorio catamarqueño.

En este marco se pondrán en marcha un Centro de Convenciones y el Museo del Folclore en la ciudad Capital, un polo arqueológico en Santa María, además de un espacio de “sensibilización al turista” en Antofagasta de la Sierra.

Junto con estas obras principales se promoverán acciones de fomento del turismo termal y un circuito de “Pueblos con encanto”. La infraestructura a ejecutar, según se indicó, incluye los 16 departamentos.

Siempre se dice que Catamarca cuenta con numerosos atractivos naturales que no son acompañados con una oferta adecuada de servicios para el turista.

Esto conspira contra cualquier intento de promocionar el destino local, más cuando la provincia debe competir con otros bien desarrollados del Noroeste.

Por eso las obras previstas en el Plan Estratégico pueden servir para potenciar, por caso, lugares del interior provincial que son cada vez más visitados, pero también de la propia Capital.

En este punto y en un contexto de crisis, es menester apurar los aprestos burocráticos y asegurar, cuanto antes, que los trabajos comprometidos sean una realidad.