Ayer se cumplió otra jornada de protesta y piquete frente al CAPE convocada por la delegación local de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que nuclea a empleados de algunas dependencias de la Provincia y de los municipios. La excusa es el pedido de un “paliativo” y un bono de fin de año, como una manera de que los estatales puedan hacer frente a la inflación que mediciones ya ubican como la más alta en al menos una década. El reclamo, sin embargo, quedó un tanto desvirtuado por los intereses que subyacen al legítimo pedido de una recomposición salarial: la interna que ATE mantiene con UPCN, el otro sindicato que representa a empleados públicos. Es que este último fue el que “aceptó” el lunes, tras la reapertura de paritarias con presencia de la Gobernadora, el 3 por ciento de la “cláusula gatillo” del acuerdo firmado a inicios de año. Obviamente, para ATE la cifra de 350 pesos para las categorías más bajas no impacta en los bolsillos de los trabajadores y es por eso que, a contramano de UPCN, salió a la calle.
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La disputa en sordina entre ambos gremios viene desde hace un tiempo y cobró fuerza con el cambio de autoridades en ATE. Tres años atrás, la lista de Ricardo Arévalo desplazó al histórico “Tito” Núñez, conductor durante veinte años, y le dio una impronta más activa al gremio. En ese tiempo, UPCN se rearmó después de haber estado prácticamente desaparecido. Referenciados en distintos funcionarios del gabinete, iniciaron movidas para sumar afiliados. Y, cada tanto, muestran diferencias públicas con alguna que otra crítica cruzada. En las comunas del interior, además, tercia Walter Arévalo, quien busca extender los sólidos dominios del SOEM capitalino a los departamentos. La crisis económica que se acentúa, no obstante, podría hacer que los gremios terminen confluyendo más temprano que tarde en una estrategia “común”, que arrancaría el martes que viene con el paro convocado por la CGT a nivel nacional como contexto y que en las siguientes semanas se visibilizaría en pedidos de recomposición de haberes de emergencia, ya que los salarios acordados quedaron demasiado atrasados con respecto a los tarifazos y la inflación.