Bolsas de residuos en calles y veredas, cajas con desechos, desperdicios acumulados y contenedores desbordados, son el efecto colateral y visible de un conflicto mucho más amplio y complejo que el reclamo de trabajadores municipales y la interrupción del servicio que presta el departamento de Higiene Urbana. De manera impensada y no convencional, el problema que queda expuesto por estos días en la Capital provincial es el planteado por el cobro del plus médico, un dilema sin solución que se arrastra desde hace años sin que se acierte a resolverlo.

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Miles de pacientes que hacen su aporte a obras sociales, deben además desembolsar una suma en efectivo para recibir atención médica y allí radica el eje de la cuestión. Porque se trata de una práctica ilegítima, pero en los hechos consolidada y naturalizada. Se avanzó a tal punto que los profesionales médicos, con el transcurso del tiempo, pasaron de negar que se cobrara plus a justificarlo; por la falta de actualización o retrasos en los cobros de sus honorarios. Se construyó de este modo una singular cadena donde las presiones se trasladan de uno a otro eslabón y termina por golpear los bolsillos de los más débiles. El Estado no puede incrementar pagos, la obra social no puede cubrir sus déficits, los profesionales no perciben lo que esperan y todos exhiben argumentos atendibles, pero al cabo es el afiliado quien tiene que pagar dos veces.

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El plus afecta una red de intereses tan amplia que se convirtió en un conflicto transversal cada vez mayor, que afecta a gremios, a círculos de profesionales, a legisladores y a las autoridades comunales y provinciales. Fue el SOEM capitalino la entidad que quebró el status quo. Surgieron entonces cuestionamientos sobre reales competencias, sobre quién y a quiénes debería canalizar el reclamo y toda clase de análisis. Pero la protesta sobrevivió a las formas porque lo que nadie ofrece es una solución. Quizás no sea la mejor manera, pero ahora hay malolientes recordatorios en cada esquina del valle, que obligan a abordar una situación grave, que no puede permanecer indefinidamente como hasta ahora.