Mientras los actores políticos empiezan a calentar motores con miras a la carrera electoral de este decisivo 2019, en varios puntos de la provincia se manifiestan, cada vez con mayor fuerza, los síntomas inequívocos de una crisis social que se profundiza de la mano de los efectos de la restauración neoliberal que vive el país.
Uno de esos casos, posiblemente el más grave del que se tenga noticias hasta el momento a nivel local, es el que llega desde Fiambalá. Allí y según reflejaron medios locales, una referente del ministerio de Salud dio cuenta que “hay un número preocupante de niños en estado de ´riesgo nutricional´, lo que constituye un paso previo a la desnutrición, que ahora es llamado de bajo peso, de los cuales también hay casos”. La profesional no tuvo dudas: las causas son la falta de recursos económicos y la mala alimentación que reciben en el seno familiar, en una de las zonas más pobres de Catamarca, que paradójicamente se busca promocionar para el turismo nacional e internacional.
Al profundizar su análisis de este triste panorama, la referente precisó que se convocaron a 27 niños, de los cuales 20 concurrieron y que de ese número, 17 estaban en riesgo nutricional y 3 directamente con bajo peso, es decir, se encontraban desnutridos, palabra tan dolorosa que hasta no hace tanto parecía inexistente en los informes sanitarios.
Causó alarma conocer, también por boca de la médica, que se sospecha que la situación es aún más severa y que el sistema de salud no cuenta con recursos suficientes para hacer frente a esta acuciante problemática. “Queremos que los médicos hagan un seguimiento, porque ellos son los que diagnostican y ven si existe alguna patología de base o de fondo, y puedan detectar qué está pasando con los niños”, advirtió el profesional, en una nota publicada en la víspera.
En la Capital, el aumento de “comedores emergentes”, por la crisis, también habla de una necesidad alimentaria que va en alza.
Si la infancia y la adolescencia vulnerable debe ser prioridad en el marco de las políticas públicas que dirige cualquier Estado es claro que, más allá de las acciones que se puedan haber hecho hasta el momento, es imperativo reforzar la cobertura social para asegurar derechos básicos que están siendo gravemente ultrajados.