Editorial

Illia

viernes, 18 de enero de 2019 00:00
viernes, 18 de enero de 2019 00:00

Un día como hoy fallecía Arturo Umberto Illia, de breve paso por la Presidencia de la Nación, y posiblemente una de las figuras de la política nacional que ha sufrido mayor ingratitud de parte de la memoria colectiva.
La salud fue una de sus grandes preocupaciones. Durante más de 30 años había ejercido la medicina en Cruz del Eje, en Córdoba. Muchos lo llamaban el “apóstol de los pobres” por su dedicación a los enfermos con menos recursos. Podía a viajar a caballo varios kilómetros para llevar medicamentos a quienes no podían adquirirlos.
Se lo recuerda muchas veces como cordobés, aunque nació en Pergamino, provincia de Buenos Aires.
Fue como médico que se estableció en Cruz del Eje, y desde allí se lanzó a la política. Fue ser senador provincial y vicegobernador, debiendo dejar su cargo por un golpe de Estado.
En 1963 el doctor Illia resultó electo presidente en sufragios controlados por las fuerzas militares. Illia solo obtendría el 21 por ciento del electorado, pero ganó porque el peronismo estaba proscripto. Precisamente anunció al asumir su decisión de dar por terminada esa proscripción, y le costó caro: no llegó ni a la mitad del mandato. Otro golpe de Estado lo derrocó el 28 de junio de 1966. 
Durante su gestión debió hacer frente a múltiples presiones: del sindicalismo, los militares, y la prensa dirigida por Mariano Grondona y Bernardo Neustadt, quienes se burlaban del presidente utilizando el apodo “La Tortuga”, acusándolo de débil.
 Pero Illia era un denunciante de las políticas que consideraba perjudiciales de los intereses y necesidades nacionales. Sentó las bases del salario mínimo vital y móvil e impulsó la ley sobre medicamentos, impuso una política de redistribución del ingreso que benefició a los sectores más perjudicados de la sociedad e incrementó el porcentaje dentro del presupuesto nacional destinado a la educación. 
Se retiró de la presidencia de la Nación con menos capital del que contaba al asumir el cargo. Nunca aceptó cobrar una jubilación de privilegio. 
Falleció en su tierra adoptiva, Córdoba, el 18 de enero de 1983... aquel lugar que lo vio luchar por sus dos pasiones, la medicina y la política; sosteniendo la coherencia de sus objetivos e ideales cívicos toda la vida.

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Comentarios

20/1/2019 | 10:12
#149006
Como dicen de Illia de su capacidad y humildad, asi es como actua nuestra Diputada Analia Brizuela. Nunca tendremos una dirigente con la humildad cono la señora Analia!!

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