Editorial

Una propuesta

lunes, 21 de enero de 2019 00:00
lunes, 21 de enero de 2019 00:00

En estos tiempos de carestía y de obra pública a cuentagotas, surge la añoranza de los múltiples recursos financieros que otrora tuvo el erario provincial. Dineros provenientes de la coparticipación de un país en pleno crecimiento y de la actividad minera en su momento de mayor auge -por nombrar los principales-, fueron gastados como si no hubiera un mañana, en proyectos cuando menos caprichosos. Ahí está el estadio Bicententario, desatino mayúsculo en una provincia con muchísimas otras necesidades, como prueba acabada del derroche sin ton ni son.
Por las características socioculturales e históricas de Catamarca y de sus reales posibilidades de desarrollo, dentro del concierto nacional, tal vez hubiera sido más estratégico apostar a lo turístico, pero teniendo en cuenta, justamente, las potencialidades locales. En este sentido, una alternativa viable podría haber sido destinar la millonada que se gastó en el “Coloso de la Loma” para financiar un museo en la ciudad capital que albergue las más destacadas joyas del riquísimo patrimonio arqueológico y antropológico que tenemos. Este museo debería haber sido adaptado a lo que busca el público interesado “en lo cultural”, en estos tiempos: objetos de época, por supuesto, pero también muestras interactivas, reconstrucciones audiovisuales y salas especiales para niños, como tienen algunos de los espacios más conocidos -y visitados- del país y allende las fronteras argentinas. Incluso se podría haber convocado a algún arquitecto afamado al cual interesar en un desafío de ese tipo.
Si alguien duda lo que apenas un museo puede lograr para convertir a un lugar en destino turístico, baste mencionar el Guggenheim de Bilbao, que atrae a miles y miles cada año; al MAC de Niterói, en Río de Janeiro o, mucho más cerca, al de Alta Montaña creado por el gobierno de Salta para albergar las momias incas de tres niños encontradas en el volcán Llullaillaco. Otro fenómeno de visitantes.
Hace mucho que, en materia turística, se habla de la necesidad de “especializarse”, de encontrar un nicho en el amplio mercado del país. Si el patrimonio de los pueblos originarios es uno de los activos catamarqueños es menester que, aún en tiempo de crisis, se busque la manera de poner en marcha la infraestructura que le otorgue un plus de valor y de atractivo para quienes pasean por estas tierras.

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