Editorial

Don Bosco

jueves, 31 de enero de 2019 00:00
jueves, 31 de enero de 2019 00:00

El 16 de agosto de 1815 nació Juanito Bosco, en un caserío entre las colinas de Monferrato, en el norte italiano. Eran tiempos de hambruna, desocupación y crisis campesina. El Congreso de Viena reorganizaba Europa tras la caída de Napoleón y restauraba las monarquías europeas. La muerte temprana de su padre y la pobreza marcan la infancia de Bosco. 
Juan crece con muchas dificultades, pero con la ayuda de algunas personas descubre la paternidad de un Dios que lo sostiene y acompaña en lo cotidiano: don Juan Calosso, que con las primeras letras le enseña lo importante que es tener un “amigo del alma” en quien confiar, atiende sus necesidades de contención y de estímulo para el estudio.
Las ciudades de Castelnuovo y de Chieri son el espacio donde Juanito estudia y trabaja en preparación para el sacerdocio, a la muerte de don Calosso. Dando lecciones particulares, siendo mozo de café, aprendiz de sastre y otros oficios Juan se va costeando los estudios con la ayuda de su madre.
Con sus amigos de escuela forma la “Sociedad de la Alegría”, por la cual hace una experiencia de la amistad compartida que ayuda a cumplir con el deber cotidiano y a mirar la vida desde la fe.
En 1841, ya sacerdote, es don José Cafasso, su confesor y padre espiritual, quien lo ayuda a ir al encuentro de los jóvenes más abandonados de Turín: los muchachos que pueblan la cárcel.
Recorre las calles de Turín descubriendo en el rostro de tantos chicos explotados por sus patrones, de tantos otros desocupados y abandonados a sí mismos, el llamado de Dios a ser padre, maestro y amigo. Desde su propia historia de orfandad y pobreza, dará respuesta concreta a esa juventud pobre, abandonada, en peligro y peligrosa. Juanito se hará entonces Don Bosco, y Don Bosco será Casa, Patio, Escuela y Parroquia para sus jóvenes.
Se hace misionero, y su obra cruza el océano para llegar a América.
Muere el 31 de enero de 1888 en Turín, Italia.
Hecho beato y más tarde santo, Don Bosco vive en la magnífica obra que los salesianos continúan desarrollando por el mundo.

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Comentarios

31/1/2019 | 08:23
#149006
Tuve la suerte de ir a un Colegio Salesiano en Córdoba; unos primos fueron a los Salesianos de Tucumán y fueron excelentes mecánicos. Les endeñaban Artes y Oficios y su escuela sigue en Córdoba formando artesanos y modernos expertos en tecnologias de avanzada. La gran obra de Don Bosco sigue educando con pasión por enseñar Artes y Oficios. Que sepan aprovechar los más humildes mejoraran sus familias.

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