Editorial
Desmesura
Entre las informaciones que circularon por el país el último miércoles, sobresalió un dato que convocó al asombro y a la desconfianza con la misma fuerza.
La Municipalidad de Santa Fe, en forma oficial, señaló que en esa ciudad se registró una sensación térmica de 65,7 grados, detalle que lógicamente repercutió en agencias noticiosas y medios de comunicación de todo el territorio.
Se sabe que por los efectos del cambio climático, se registran fuertes alteraciones en las condiciones estacionales, que etapas intermedias como el otoño y la primavera se perciben cada vez menos, y que se presentan inviernos y veranos cada vez más rigurosos, con fríos y calores muy intensos.
Estos fenómenos, acompañados por inundaciones, sequías y lluvias inusuales, perduran desde hace varios años con ascendente presencia, tema que genera debates mundiales y preocupación entre los científicos especializados.
Ahora bien, ¿es posible que se hayan registrado 65,7 grados centígrados en Santa Fe?
Los expertos consideran que 55°C es la temperatura límite que puede soportar un ser humano “preparado” (en perfecto estado de salud y dispuesto a enfrentar esa exigencia extrema) si hay una humedad normal, que habrá tendido a bajar a medida que ha subido la temperatura.
Se estima con escaso margen de error que expuesta a 60°C una persona normal puede sobrevivir solo diez minutos, tras lo cual muere por deshidratación extrema. ¿Qué sentido tiene entonces difundir una información semejante?
Lo primero que debe observarse es que el informe no se refería a temperatura sino a “sensación térmica”, un índice aproximado, que de todos modos exhibió una marca que fue desmentida luego por especialistas.
“La sensación térmica no se mide, sino que se calcula ya que se trata de una fórmula matemática que tiene en cuenta diferentes variables”, se precisó desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Hay una fórmula para establecer la sensación térmica que está homologada y es la misma para todos los países que la implementan (aunque no se calcula en todo el mundo).
Todo indica entonces que la cifra “65,7” fue el desmesurado producto de un error, que invita a ser más prudentes incluso cuando el calor parezca insoportable.