Editorial

Realidades

domingo, 6 de enero de 2019 00:00
domingo, 6 de enero de 2019 00:00

El ingreso de dos mujeres a un templo religioso desató gravísimos incidentes en la India, y el hecho sorprende a una comunidad internacional que al mismo tiempo discute sobre la igualdad y el reconocimiento de más derechos femeninos.
La policía de la India ya detuvo a unas 1.500 personas en relación a las protestas violentas desatadas en el estado sureño de Kerala, desde que dos señoras entraron al templo hindú de Sabarimala, un ingreso que estuvo históricamente prohibido y fue autorizado recientemente por la justicia.
Las fuerzas de seguridad realizaron centenares de arrestos y detenciones “preventivas”, además de presentar 559 denuncias por una serie de protestas que ya dejaron decenas de heridos y vehículos destruidos en medio de los violentos incidentes.
Todo comenzó cuando las dos mujeres de unos 40 años entraron en el templo de Sabarimala escoltadas por agentes del orden, convirtiéndose en las primeras en hacerlo desde que en septiembre pasado el Tribunal Supremo levantó la prohibición de entrada que pesaba sobre las mujeres de entre 10 y 50 años, consideradas “impuras” por sectores fanáticos religiosos.
En los últimos meses, decenas de mujeres intentaron sin éxito realizar la peregrinación de cinco kilómetros a Sabarimala, frustradas por la acción de centenares de devotos y manifestantes de grupos de extrema derecha hindú.
La sentencia del máximo órgano judicial llegó después de una petición promovida en 2006 por la Asociación de Jóvenes Abogados para desafiar la tradición centenaria en contra de las mujeres.
La decisión desató las protestas de los seguidores del célibe dios Ayyappa y de grupos de extrema derecha hindú.
Realidades tan contundentes como lejanas, que conviven en un mundo donde no todo parece ser susceptible de caer en la globalización.
 

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