Editorial
Forestar
Presentado con un nombre un tanto técnico, “Plan Regulador del Arbolado Urbano”, una iniciativa lanzada esta semana por la secretaría de Ambiente busca sumar a los vecinos en las tareas de forestación que está ejecutando ese organismo provincial.
La iniciativa es sencilla y pasa, básicamente, por entregar ejemplares a instituciones públicas y privadas, ONG y centros vecinales, pero también a las personas que así lo requieran, algo que ciertamente se hizo en otras ocasiones en el pasado. Lo que quizá distingue a la acción, en esta oportunidad, es que se brindará asesoramiento técnico sobre temáticas como especies adecuadas para determinados lugares, distancias de plantación y cuidados posteriores, entre otros tópicos. Todas cuestiones vitales si es que se pretende que los árboles prosperen y que, además de su función oxigenadora del medio ambiente, regalen a los catamarqueños la sombra tan necesaria durante el largo verano que tenemos.
En los últimos años y por diversas causas -arreglo de veredas, demolición de edificaciones antiguas, intervenciones a gran escala en determinadas áreas- se perdieron numerosos árboles en el centro y aledaños. Y peligran otros, muy añosos, que son característicos del paisaje cotidiano.
Quizá no se ha hecho el suficiente énfasis en la importancia de preservar las especies arbóreas en lugares como Catamarca. En este punto, convendría aprender de experiencias como la de Mendoza, cuya trama urbana está plagada de grandes ejemplares que crean un microclima en el entorno desértico en el que está ubicada la capital cuyana.
Es cierto que no tenemos, a diferencia de los mendocinos, un río de gran caudal con aguas cordilleranas, ni mucho menos el excepcional sistema de canales con que ellos cuentan. Pero bastaría el compromiso de los vecinos, al menos en el riego cotidiano de las especies de su vereda, para hacer la diferencia.
Es de esperar que esta campaña de la Provincia, a la vez ecológica y con una impronta educativa, logre conseguir adhesiones de la ciudadanía para atender una temática que, aunque parece menor, puede mejorar mucho el entorno en el cual vivimos.