La diáspora radical de estos tiempos es una realidad y deberá dilucidarse antes del 21 de junio, fecha de cierre para inscribir los precandidatos que competirán en las primarias –o PASO- del 11 de agosto. El problema, sin embargo, no es patrimonio exclusivo de la oposición. También en el oficialismo se avecinan tiempos de discusión en torno a las postulaciones. Por empezar, nadie sabe exactamente si la gobernadora se anotará para un nuevo mandato, aunque distintos espacios peronistas lo expresan a cada nada, sea con pintadas, declaraciones públicas o carteles como los que inundaron el acto de lanzamiento de Unidad Ciudadana, el pasado 15 de febrero. De todas formas, en el supuesto que renunciara a seguir y le cediera el lugar a Raúl Jalil –más allá de él no hay nadie como alternativa de reemplazo-, Lucía Corpacci habrá de ser la artífice del armado del Frente Justicialista para la Victoria, al que llevó al triunfo en 2011 y 2015. En lo que atañe estrictamente a la interna peronista, se descuenta que estarán en la vereda del frente el senador nacional Dalmacio Mera, que no considera a Corpacci como su jefa, y Hugo “El Grillo” Avila, a quien le quitaron el sello de Unidad Ciudadana e, inmediatamente, estuvo invitando que vinieran a Catamarca Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey, enemigos acérrimos de la creadora de Unidad Ciudadana, esto es, Cristina Fernández de Kirchner. En pocas palabras, el tinogasteño no tiene muchos problemas en reacomodarse.

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Aunque fueran enemigos de otros tiempos, cuando ambos estaban bajo el ala de Corpacci, estos dos políticos de prácticas convicciones, podrían unirse en la acción para enfrentar al gobierno provincial y hasta armar un esquema electoral que compita en las próximas elecciones. A ellos podría sumarse algún intendente y, tal vez, organizaciones de base, aunque sus posibilidades de éxito sean prácticamente quiméricas. Esta posibilidad, que podría comenzar a tomar cuerpo a mediados de abril o principios de mayo, dependerá de lo que haga a nivel nacional la llamada Alternativa Peronista o Argentina Federal, espacio donde militan Urtubey y Massa, aparte de Miguel Pichetto y Roberto Lavagna. La duda mayúscula de un eventual sector opositor a Lucía Corpacci pasaría por Luis Barrionuevo que, en el supuesto que aterrice en Catamarca con planes opositores, será para actuar como jefe, no como dependiente de Dalmacio Mera, a quien directamente considera un traidor.

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Tampoco este sector, que por ahora levanta las banderas del peronismo, deja de lado que pueda armonizar con parte del radicalismo, especialmente aquella que se identifica con el castillismo. Este supuesto es lejano, pero en política se confirma muchas veces aquella frase del “arte de lo posible”. En esta dirección, no serían ajenos algunos medios de comunicación que no están dispuestos a dejar la “cancha libre” al gobierno y hacen sus cabriolas políticas desde el periodismo.

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Que el senador Mera hace política por los medios no es ninguna novedad. Pero a veces exagera y en otras entra en flagrantes contradicciones. Días pasados, acompañando bajo los cielos cordobeses a su único jefe político, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, escribió este curioso twitt: “hubo una vez un Juan que nos sacó de la grieta entre las personas que tenían con los que no merecían tener; diseñando una comunidad  organizada donde todos tenían un lugar. Vamos Córdoba ¡ Vamos Argentina ¡ Construyamos un país federal y superemos la grieta”. Si su intención, subyacente, fue comparar al primo gobernador con el expresidente Juan Domingo Perón, nos parece que se extralimitó. A no ser que se haya referido a otro Juan. Pero, además, en la semana presentó un proyecto para hacerle saber al Poder Ejecutivo Nacional su preocupación por no restablecer la prórroga del plazo de vigencia del régimen de reintegro del IVA, medida que beneficiaba a los jubilados y beneficiarios de asignaciones en las compras realizadas con tarjeta de débito. Advertir al gobierno nacional de este nuevo sablazo contra los que menos tienen, si antes le votó todas las leyes que pidió (incluida la reforma previsional y el cambio de la fórmula que rebajó los escuálidos salarios de los jubilados y de la AUH), nos parece una auténtica hipocresía.

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En nuestros “Apuntes” del pasado jueves, escribimos que la presencia del senador nacional Oscar Castillo entre los 130 integrantes de la comitiva presidencial que visitó esta semana la India y Vietnam, no era más que un gesto de cortesía del presidente Macri para con él.  Agregábamos que no participaba de las reuniones bilaterales, lo que fue desmentido por los voceros de prensa del legislador. Es más, enviaron a nuestro diario una fotografía donde se lo ve participando de un amplio cónclave en uno de los países asiáticos. Objetivamente pedimos las disculpas del caso, pero ratificamos que estas invitaciones a legisladores no implican responsabilidades específicas, ni mucho menos toma de decisiones. Castillo pudo participar de reuniones “sin voz ni voto”, como alguna vez lo hizo “el senador por Catamarca” Julio Amoedo, quien inclusive tenía una cucarda más luminosa que Castillo por tratarse de un expresidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Ahora bien: si Oscar pudo observar cuestiones que interesen a Catamarca, bueno sería que visite a la gobernadora y se las comunique. Lo decimos porque en los parte de prensa oficiales, se dio cuenta que el exgobernador detectó en la India interés por la explotación de la minería. Podría aportar el dato de las empresas y el nombre de los posibles inversionistas a fin de que, ulteriormente, las autoridades locales gestionen.

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Mientras el cronograma electoral para la interna del 31 de marzo está en marcha y, al mismo tiempo, desde uno de los bandos se impugna todo y se pide la intervención del alto mando del PRO, hay reuniones entre la dirigencia local que tienen como objetivo excluyente alcanzar acuerdos mínimos para armar una lista de consenso y evitar la apertura de las urnas. Aunque parezca mentira: uno de los problemas sería la afluencia de votantes, porque se trata de una interna cerrada y los afiliados al PRO no son muchos en el distrito Catamarca. Por allí son menos que los adherentes a un club deportivo o una cooperativa. Sin embargo, hay que darse autoridades y cumplir con las obligaciones electorales de ley. En síntesis: todavía la interna sigue en el candelero, pero podría llegar a suspenderse. Después vendrá el problema para elegir la lista de candidatos que aportarán a la alianza Cambiemos.

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Siguiendo con Cambiemos, se reactualizó la vieja discusión que generan las organizaciones sociales. El diputado provincial Francisco Monti, durante la semana, opinó que mantener intermediarios a cargo de las organizaciones sociales fue un grave error del presidente Mauricio Macri. Lo hizo en paralelo al arribo a Catamarca de Alejandro Collia, secretario ejecutivo del Consejo Federal de Derechos Humanos de la Nación, quien discrepó absolutamente con el dirigente catamarqueño durante una reunión con Rubén Manzi, el precandidato a gobernador. Para el, las organizaciones sociales cumplen una tarea comunitaria de gran importancia, como lo es atender a los excluidos de un sistema de pobreza como el que impera en la Argentina de los últimos tiempos. Otra que fue durísima con Monti fue su colega peronista Natalia Soria, para la cual atacar a las organizaciones sociales significa tapar “los horrores” que viene cometiendo el presidente de la Nación. Más allá de los cruces, ya es hora que la sociedad acepte que hay situaciones que no se pueden solucionar de un plumazo si la mitad de la población está en situación de pobreza o indigencia.

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RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, en el último bloque de los “Apuntes” incluimos los acontecimientos del pasado. En febrero de 1994, en dependencias de la Corte de Justicia, asumía como juez de cámara de Segunda Nominación el doctor Rodolfo Alejandro Ortiz Iramain. Lo hacía delante de los tres cortesanos de aquel momento: Guillermo Díaz, Ernesto Oviedo y José Ricardo Cáceres. Este último sigue siendo ministro de la Corte. Volviendo al nuevo camarista de aquel momento, su actuación iba a terminar en forma escandalosa. Le tocó en suerte presidir el tribunal que llevó a cabo el primer juicio contra Guillermo Luque, el que se suspendió porque supuestamente entre sus miembros –los otros integrantes eran Juan Carlos Sampayo y Alejandra Azar- se realizaron señas, lo que no está prohibido por ninguna ley. Frente a la situación, Ortiz Iramain elevó su renuncia en forma indeclinable a a la Corte de Catamarca y, por su intermedio, al exgobernador Arnoldo Castillo. En ella invocó razones morales e hizo duras acusaciones contra el gobierno de Catamarca, al que tildó de hipócrita y corrupto por pretender condenar sin pruebas al exencartado Guillermo Luque. El Juicio se reanudó dos años más tarde con un tribunal que, derechito, fue a la condena contra el nombrado Luque, Luis Tula y los fallecidos Eduardo “El Loco” Méndez y Hugo “El Hueso” Ibáñez.