Parecerá una intrascendencia el hecho que vamos a destacar, pero quizás no lo sea.
Talleres de Córdoba, el popular equipo de la capital mediterránea, participó con regular fortuna de las fases previas a la competencia más importante del fútbol continental, la Copa Libertadores de América.
Talleres debía sortear algunas instancias preliminares para acceder al tramo decisivo del certamen, objetivo que finalmente no consiguió.

Hasta allí, un acontecimiento estrictamente deportivo.
Lo destacable de esa experiencia, es que el plantel de Talleres, orientado seguramente por alguna política dirigencial, adoptó una conducta poco frecuente.

En los partidos en los cuales le tocó actuar en condición de visitante, el equipo hizo dos cosas. Antes de retirarse del estadio, se ocuparon de limpiar hasta el último rincón del vestuario que se les asignó, y luego, ya que con el lugar en perfectas condiciones, dejaban un obsequio para que lo encontraran los anfitriones.

El obsequio era algún souvenir, un libro con la historia de Talleres, y productos regionales cordobeses.
Lo respetable es que tuvieron la misma actitud cuando ganaron y cuando perdieron. Lo hicieron en Brasil, luego de eliminar al poderoso San Pablo, y lo hicieron en Chile, después de que Palestino los eliminara.

Podrá verse esta acción como una simple acción de marketing que no merece atención. Pero tiene también un valor más profundo. En un contexto tan complejo y exacerbado como el que rodea al fútbol argentino, cualquier señal de paz y hermandad es interesante. Todo gesto encaminado a redescubrir la esencia más sana del deporte debe ser acompañado.

En Argentina hay agresiones constantes y una extensa lista de víctimas fatales, fruto del irracional enfrentamiento entre clubes. Si alguien intenta al menos recordar que se trata de un juego y que se puede competir sin odios de por medio, bienvenido sea.

Ojalá que alguna vez pueda avanzarse hacia el mismo rumbo en el convulsionado fútbol nacional, donde ni siquiera se tolera la presencia de hinchas de distintos equipos en un mismo estadio.