Un inédito encuentro que agrupó a más de cincuenta centros vecinales del Valle Central - Capital, Valle Viejo y Fray Mamerto Esquiú- tuvo lugar el viernes pasado en un local del sur capitalino.

Allí confluyeron no solamente los representantes de esos tradicionales espacios de participación comunitaria, sino también legisladores, presidentes de colegios profesionales -Abogados, Trabajo Social-, funcionarios de distintos organismos de la provincia y otros actores vinculados a los ámbitos de construcción de ciudadanía.

Según la información divulgada por la prensa oficial, el cónclave tuvo un aspecto práctico que tuvo que ver con generar un “registro único” de la actividad de estas entidades en el principal núcleo urbano de Catamarca, pero también poner en común problemáticas frecuentes y experiencias de trabajo en territorio.

El objetivo más general fue que los miembros de equipos gubernamentales pudieran evacuar consultas y proponer, de mutuo acuerdo, maneras de potenciar el vital rol social de los centros vecinales. Esto se podría dar, por ejemplo, en propuestas que se plasmen en proyectos de ley para ser presentadas en la Legislatura; así como en recursos que distintas áreas del Estado puedan aportar.

Como ejes de una red insustituible de vinculación con la comunidad, los centros vecinales son cajas de resonancia y termómetro de la situación social. Es que no solo se dedican a actividades como la promoción del deporte, al apoyo escolar o a brindar un lugar para el desarrollo de talleres artísticos y culturales, sino que, además, suelen involucrarse en la cobertura de temáticas sociales que pueden incluir desde el consumo problemático de sustancias hasta la violencia de género o la carencia alimentaria en las familias más vulnerables.

Por eso es auspicioso que quienes tienen la posibilidad de darles una mano a estos espacios, desde cualquier esfera gubermamental, del sector privado o del tercer sector del que provengan, puedan operar en conjunto para potenciar una función social que nadie más está en condiciones de ejercerla.

Ese apoyo se torna esencial ante contextos de crisis y el agravamiento de cuestiones que no se resuelven si no es a través del trabajo articulado y en red.