Un ejemplo
El fin de semana extralargo que culmina hoy, el primero de este 2019 luego de las vacaciones, encontró a la ciudad de Catamarca con ocasionales visitantes y casi nada para ofrecerles.
Bastaba ayer un recorrido por el microcentro para sentir una profunda desazón: foráneos caminando por las calles vacías, sucias, con basura en las esquinas y con pocos negocios abiertos, inclusive aquellos que se supone viven de la actividad turística.
Ni hablar de propuestas generadas por el ámbito oficial, que también hubieran servido como alternativa recreativa para los locales que debieron pasar en su casa el feriado de Carnaval.
Es casi como que si los privados también se rigieran por los ritmos de la Administración Pública. Tal vez por eso el horizonte para la mayoría -lamentablemente- siga siendo el puesto estatal.
Hace pocos días, la presidenta de la entidad que agrupa a los hoteleros y propietarios de bares y restaurantes en la provincia se quejaba de la performance local durante la temporada veraniega y porcentajes de ocupación inferiores al 30 por ciento. El contraste, por supuesto, era el interior, que exhibe algunas de las joyas naturales más interesantes de toda la región.
Previsiblemente, la empresaria llamó a que privados y Estado realicen propuestas conjuntas para incentivar la permanencia de los visitantes en San Fernando del Valle al menos un par de días. Es algo que se escucha desde hace varios años pero que, más allá de las conducciones empresarias y funcionarios que pasan, sólo queda en mera declamación.
El lunes se fue Franco Colla. Comerciante, hombre público y dirigente deportivo y social que hizo brillar al club Villa Cubas, dio muestras acabadas de que con voluntad y mucho trabajo es posible conseguir importantes logros no sólo para la institución que dirigió, sino para toda la comunidad.
Un ejemplo de tesón y compromiso que debería servir de guía para aquellos con altas responsabilidades institucionales que, se supone, deben aportar para generar otras oportunidades a Catamarca.