Editorial
Verdad
El rol de la Iglesia Católica ante los indescriptibles crímenes del nazismo, antes y durante la Segunda Guerra Mundial, fue eje de innumerables discusiones y polémicas.
Ese nefasto capítulo de la historia reciente, dio lugar a debates con las más variadas posturas, donde la conducta del papa Pío XII queda siempre en el centro de la escena.
Hay quienes sostienen que Pío XII contribuyó a salvar a muchísimos judíos, y de hecho el Papa Benedicto XVI lo declaró “venerable”, lo cual lo deja en una instancia previa a la beatificación, tal como ocurre con nuestro Fray Mamerto Esquiú.
Esta llegada a los altares de quien fue Eugenio Pacelli antes de tomar su nombre de Pontífice, resultó a su vez cuestionada por quienes señalan que no actuó con suficiente vehemencia frente a las acciones de Adolf Hitler, y hasta existen extremistas que sugieren que de algún modo fue cómplice, con su silencio, de los horrores del Holocausto.
Ante esta encrucijada histórica, nuestro compatriota Jorge Bergoglio, el papa Francisco, anunció su decisión de abrir y ofrecer para su estudio todos los archivos secretos relacionados con el pontificado de Pío XII (1939-1959).
Será el 2 de marzo de 2020, unos 80 años después de que Pío XII iniciara su papado.
“La Iglesia no le teme a la historia”, dijo Francisco, al dar a conocer su decisión, que fue muy bien recibida por la comunidad judía y entidades de todo el mundo.
De hecho, diferentes asociaciones y el comité de diálogo interreligioso judío y católico “International Jewish Committe on Interreligious Consultations” había solicitado hace tiempo la difusión de la documentación relativa al papado de Pío XII que está en los Archivos Vaticanos.
Finalmente podrá saberse la verdad, y es una actitud sana del Papa exponerse a la exhibición de tan delicados documentos. Quizás la conducta de Pío XII haya sido valiente, como lo sostuvo la Iglesia. Quizás exista algún gesto cuestionable. No se sabe.
En cualquier caso, asumir los hechos sin esconder nada es el único camino leal y maduro que contribuirá a esclarecer lo ocurrido en aquel período del siglo pasado.
Bienvenida sea la verdad, porque siempre será un buen punto de partida para construir hacia el futuro.