Desde la bancada periodística

PASO: dilema político-electoral catamarqueño

sábado, 9 de marzo de 2019 01:34
sábado, 9 de marzo de 2019 01:34

Mientras la prensa nacional tiene los ojos puestos en Neuquén, donde mañana se define la gobernación de los próximos cuatro años y en la interna cordobesa Mestre-Negri que cuenta con más posibilidades de suspenderse que de llevarse a cabo, la duda electoral en Catamarca excede las candidaturas y queda centrada en la reglamentación que vaya a aplicarse.

Es que los movimientos políticos de los últimos tiempos vienen cargados de especulaciones. Varias y diversas se relacionan con el proceso provincial de octubre. La cuestión nacional no genera dudas. En ese ámbito están aseguradas las PASO antes de la general.

Nadie sabe con certeza, por las declaraciones de los dirigentes de los bandos en pugna, si la contienda local se llevará a cabo en forma directa o será con primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Entre ambas opciones, por supuesto, existe una oceánica diferencia a la hora de pensar en planes personales y estrategias partidarias.

Por ello, durante la semana, no extrañó una frase de Luis Lobo Vergara que, claramente, resume las dudas del momento. Dijo el diputado provincial “la primera inquietud es saber si habrá PASO o no”. 
Razones, antecedentes y temores generan esta expresión que, aunque no lo digan, desvela a peronistas y radicales de todo el territorio.

 

La ley que no se aplicó

Cuando todavía existían márgenes temporales para que la gobernadora desdoblara la elección 2019 y convocara a votar en marzo, la Legislatura provincial aprobó por estrecha mayoría la suspensión de las PASO “por única vez”. Hubiese sido, entonces, una contienda a “primera sangre”. Los partidos o alianzas habrían nominado, a dedo o por una interna doméstica, a sus candidatos.

Aquella ley, nacida en tiempo de descuento de las sesiones ordinarias 2018, lo repetimos, valía únicamente si Lucía Corpacci, como lo prevé la Constitución, adelantaba las provinciales para marzo. Como no lo hizo, es hoy un instrumento abstracto.

Viene a colación este tema porque aquel antecedente de noviembre de 2018 renueva un interrogante. 
¿La Legislatura –Diputados y Senadores-, con la misma mayoría de aquel momento, no podría aprobar un instrumento similar y anular las PASO para la elección de octubre? Sí. Podría. El 1 de mayo de mayo se reabren las sesiones, se presenta el proyecto, se lo estudia en comisión y, con despacho, lo vota el pleno de ambas cámaras. Pata tín, pata tán y las PASO, otra vez, tal vez “por única vez”, quedan postergadas para el turno electoral 2021.

La posibilidad es difícil. No imposible. Tiene razón Lobo Vergara de considerarla la “primera inquietud”.

 

El proyecto capitalino

Más allá de las razones que pueden existir para suspender las PASO –las económicas son ciertamente palpables en tiempos de padecimientos presupuestarios-, como lo dijimos líneas arriba, sobrevuelan temores que tienen que ver con alquimias electorales.

Uno de esos (temores) fue aquella curiosa ley. Y, más cerca en el tiempo, la decisión explícita de Raúl Jalil de proponer que las primarias no se lleven a cabo en el área de San Fernando del Valle, lo que deberá decidir el cuerpo de concejales del distrito.

Para el intendente más exitoso de la provincia “las PASO condujeron al desinterés y al hartazgo”.

No lo entienden así los concejales del radicalismo que, en la jornada del jueves, estaban dispuestos a tratar el proyecto y, de ser posible, rechazarlo. La ausencia de los ediles peronistas impidió el quórum, pero su actitud dejó al desnudo las divisiones de criterio que existen en el bloque de mayoría. Más de uno de sus representantes, en off the récord, confió no estar dispuesto a aprobar un instrumento al que consideran sólido en términos de democracia interna. 

La idea del rechazo al proyecto creció el mismo jueves después que el congreso peronista que sesionó en Caballito, con la presencia de prominentes figuras de la política catamarqueña, instó a dirimir candidaturas a través de las PASO. Aclaramos en este punto que las primarias municipales, provinciales y nacionales nada tienen que ver entre sí. Alguna de ellas puede ser suspendida y las restantes no. La otra variante: que se suspendan dos y se haga una.

 

Los recuerdos 2017

Las dudas de realizar las PASO, a caballo de las especulaciones, surgieron para el peronismo de estos valles en 2017.

Aquella primaria, como se recordará, le trajo más sinsabores que satisfacciones. Grandes triunfos en la primaria se convirtieron en fuertes reveses en la contienda principal. Esos cambios repentinos de los resultados pudieron observarse en intendencias clave como Belén, Valle Viejo y Recreo, donde cayeron candidatos (Natalia Soria, Carlos Avila o Daniel Polti) que preparaban sus fastos para asumir.

En la Capital, donde hubo nueve candidatos a concejal, ocurrió algo parecido. A la hora de la verdad, los radicales estuvieron a un tris de alzarse con la mayoría.

Hablando de los radicales. Aquellos antecedentes avalan sus pretensiones de mantener las primarias. Y ahora, en 2019, más que nunca, en orden a que tienen la interna irresuelta de junio de 2018 que mantiene al partido fracturado en dos o tres tajadas.

El problema de los peronistas para impedir las PASO tiene, complementariamente, un gran inconveniente. En varios lugares, si no hay internas, el desbande puede ser más grande de lo previsto.

 

El valor de las PASO

Lo dijimos siempre. Las primarias, que nacieron como una copia –aún desmejorada- de los procesos que se aplican en países como los Estados Unidos, vinieron a ponerle freno a los arreglos de cúpula de los partidos políticos, en donde dos o tres caudillejos, en nombre de todos los afiliados, elegían a los “representantes del pueblo”.

La UCR y el PJ de Catamarca son los mejores ejemplos de lo que decimos. En más de 30 años, apenas si tuvieron una interna para cargos electivos. Los primeros, en 1987, cuando hubo competencia a lista completa y Collantes le ganó a Arnoldo Castillo la postulación a gobernador. Los peronistas, en 2003, con el recordado enfrentamiento Barrionuevo-Saadi que terminó con la victoria del primero.

Tuvo que aparecer una outsider de la política, como lo era 10 años atrás Lucía Corpacci, para que nacieron estas primarias que permiten a todos participar de internas. Ella fue la autora del proyecto y empujó para su aprobación ante la resistencia de los líderes radicales que, vencidos por las evidencias, después de siete meses de tratamiento, ordenaron aprobar la ley. Hoy son los propios radicales los que ponderan el mecanismo que, a nivel nacional, tiene un padre indiscutido: Néstor Carlos Kirchner.

Durante seis meses, hasta el 30 de enero de 2019, la gran duda era si se adelantaban las elecciones para marzo. Ahora el dilema es si habrá primarias provinciales y/o capitalinas. Todo en nombre de la especulación política.

El Esquiú
 

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