Editorial

Reina

sábado, 13 de abril de 2019 00:19
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“Eres la Reina y Señora de este Valle, / que madura en soles de brea y chañar”, dice el Himno del Centenario de la Coronación, lo cual sintetiza el significado de la Madre de Cristo en su advocación del Valle, que tomó la forma de los hijos de este suelo agreste y montañoso, desde donde irradia su gracia sin par.


Ayer se cumplieron 128 años de la Coronación Pontificia de la Imagen de la Virgen del Valle, ocurrida el 12 de abril de 1891, en la apacible Catamarca de la última década del siglo XIX. El escenario de este solemne y emotivo acontecimiento fue La Alameda. En el lugar exacto donde hoy se exhibe la réplica gigantesca de la Corona, la Imagen miraba hacia el lugar del hallazgo cuando fue coronada. Se estima que hubo unas 30.000 personas, una enormidad para la época. Es la segunda Coronación Pontificia del país, después de Luján, que data de 1887, y antecede a Guadalupe, Patrona de América Latina, coronada en 1895. Ambas advocaciones, del Valle y Guadalupe, marcan un eje de la devoción mariana en América, con el mismo lenguaje, la misma vestimenta y la presencia indígena.


A lo largo de cuatro siglos, la Madre Morenita fue modelando una historia con cada generación, con cada catamarqueño, con cada peregrino, que recorre los caminos de las formas más conmovedoras para llegar a Ella. Todo tiene que ver con la Virgen del Valle en Catamarca. Es la médula espinal de nuestra historia. Todas las expresiones culturales de este pueblo están impregnadas de su presencia. Sus fiestas generan un fenómeno religioso que abarca lo cultural, social, económico y político, y a su vez lo contiene y lo ilumina con su presencia portentosa. 


María reina como reinan las madres, que protegen a sus hijos. Su reinado significa que reina en los corazones y lo seguirá haciendo porque, como expresa el Himno del Centenario, “…Catamarca canta en tu nombre los cuatro siglos de amor inmortal”. 
Catamarca se apresta a vivir el Jubileo por las cuatro centurias de su hallazgo en la Gruta de Choya, y se abre al país, al punto que los obispos argentinos en pleno declararon en su honor el 2020 como Año Mariano Nacional, y la realización del IV Congreso Mariano Nacional, el segundo que tendrá su sede en nuestra tierra. En 1991, al celebrarse el Centenario de su Coronación, el Episcopado Argentino se reunió por primera vez fuera de Buenos, y ese lugar fue Catamarca. Y lo hizo en torno a la Reina del Valle.
 

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