Apuntes del Secretario

martes, 2 de abril de 2019 01:40
martes, 2 de abril de 2019 01:40

Comenzó a rodar el mes de abril y se acortan las distancias para llevar a cabo el proceso electoral que, a fin de año, determinará el nuevo escenario político y de poder. En la provincia, a 80 días del cierre de listas, no hay precandidaturas definidas. Empero, nadie dude que el proceso de negociaciones funciona a pleno y todas las declaraciones, prácticamente sin excepciones, contienen una carga de especulación. Una de ellas está referida a la eventualidad que Lucía Corpacci, por tercera vez, sea la postulante del peronismo, posición que cuenta con fuertes respaldos y una única alternativa, la de Raúl Jalil. Por lo que sabemos, que no es mucho, el dilema será resuelto entre ambos, como lo ha explicado en numerosas oportunidades el alcalde capitalino. Por lo tanto, algunas voces aisladas que hablan de alternancia no son más que anhelos personales. La Constitución Provincial permite a un ciudadano postularse para la cantidad de mandatos a gobernador que desee. No tan sólo tres. ¡Todos los que quiera!

 

Hablando de la alternancia. Digamos que se trata de una figura nueva, porque en Catamarca nadie alterna. Sobre centenares de políticos, sindicalistas, presidentes de asociaciones intermedias, como los clubes o centros vecinales, existen muy pocos ejemplos de desprendimiento. Anotemos: alguna vez renunció a su banca, en discrepancia con el poder, el exdiputado Guillermo Nazareno. También lo hizo, antes de asumir, la electa diputada Enriqueta Núñez. Después no tenemos registrado mucho para contar. En lo que respecta al cargo de gobernador, hasta ahora, nadie cedió nada. Ramón Saadi, que gobernaba cuando la Constitución establecía un solo mandato, la reformó y estableció la reelección indefinida. Después siguió Arnoldo Castillo, electo en 1991 y 1995. No fue a la re-reelección en 1999 porque estaba muy enfermo (murió al poco tiempo) y prefirió cederle el lugar a su hijo menor, Oscar. Cuando le tocó el turno a Brizuela del Moral, después de ocho años de gobierno, no dudó en anotarse para la “re-re”, en la que perdió con Lucía Corpacci. Y, en rigor de verdad, fue ésta última la que pidió reformar la Constitución tramposa del 88 para cambiar, entre otros tópicos, el sistema de reelecciones y los radicales, en recordada maniobra, lo impidieron en la Legislatura. Por lo tanto, quien observe con ojos críticos una reelección, que se acuerde de estos nombres: Marita Colombo, Rubén Manzi, Humberto Valdez, Verónica Rodríguez Calascibetta, Jorge Sosa, Luis Lobo Vergara, Juana Fernández, Paola Bazán, Miguel Vázquez Sastre, Simón Hernández, Claudia Vera, Rubén Herrera, Víctor Luna, Silvana Carrizo, Alcira Moreno y Marisa Yudith Nóblega. Fueron ellos los que se opusieron a cortar la reelección que propuso, precisamente, Lucía Corpacci.

 

Mauricio Macri, por primera vez en su carrera política, pasa por un muy mal momento. Hay consultoras que ya ubican su imagen negativa en cifras cercanas al 80%, lo que habría llevado a los comandos del PRO a pensar en candidatos alternativos. Conforme lo señala el diario “la políticaonline”, se estudia la performance que podría tener una fórmula María Eugenia Vidal-Martín Lousteau, con Carolina Stanley como eventual reemplazante de la gobernadora de Buenos Aires. A la par de estos cálculos, en redes sociales y en los escenarios deportivos se renuevan los denuestos contra el presidente. Por ejemplo, en Catamarca, durante la inauguración de la remodelación del Hospital de Niños, hubo silbidos y más que silbidos también. Para peor, en San Juan, el domingo pasado, el gobierno nacional sufrió una derrota catastrófica. El peronismo logró reunir en la primaria abierta, simultánea y obligatoria (PASO) el 55% de los votos, contra el 32% que consiguió Manuel Orrego, el representante de Cambiemos que hasta le cambió el nombre a su alianza, a la que llamó “Frente con Vos”, para tratar de mejorar su performance. Incluso fue crítico con las políticas nacionales, pero no le alcanzó para acortar la distancia con la fusión del Partido Justicia con Unidad Ciudadana y otras ocho agrupaciones. Y, si las encuestas no se equivocan, el domingo próximo en Río Negro puede producirse otro golpe mortal contra el macrismo.

 

En el radicalismo local existe una calma aparente, pero de fondo las tensiones son tan fuertes que, en algún momento, se podría producir la explosión no querida. Hay dos sectores, claramente diferenciados (“orgánicos” e “inorgánicos”), que derivan por caminos opuestos y que, por lo que se aprecia, no tienen posibilidades de acercar posiciones y entendimientos. El castillismo y sus aliados, en menos de 20 días, realizó tres encuentros y no avanzó un centímetro en la proclamada unidad que dice perseguir. Nadie del sector “inorgánico” se hizo presente a pesar de que, como dice el intendente Jorge Coronel (Tapso-El Alto), “se invitó en tiempo y forma al brizuelismo y al guzmanismo”. Si la cosa es verdaderamente así, y no tenemos por qué dudar de la palabra de Coronel, la cosa es más grave de lo que pensamos. Nos lleva a afirmar que subsisten las heridas que dejó la interna del 2 de junio de 2018, la que no pudo realizarse porque la Junta Electoral dominada por el castillismo borró de un plumazo a la lista que proponía como presidente a Horacio Pernasetti, a quien acompañaban pesos pesado como Ricardo Guzmán, Augusto César Acuña y el mismísimo Brizuela del Moral, el radical con mayor arraigo popular en toda la provincia.

 

Las últimas reuniones de ambos sectores, más que acercar, ahondaron la brecha. Brizuela del Moral reunió a los “inorgánicos” para memorar la creación de su Movimiento Renovador y apostó por la unidad, pero no fue a ninguna de las convocatorias castillistas. En forma paralela, los “orgánicos”, en boca de Roberto Gómez, expresaron que los precandidatos serían nominados por la convención provincial, lo que cayó en filas adversarias como un baldazo de agua fría en pleno invierno. No extrañó, entonces, que saliera a cruzarlo Fernando Navarro, integrante de una familia con peso específico propio dentro de la UCR. El concejal capitalino indicó que el camino de la convención lleva a la designación de una “mesa chica” para que designe a los candidatos. La referencia tiene como destinatario directo al castillismo, el inventor de estas “ratoneras” que le permitieron en los años 90 nominar a la totalidad de los postulantes radicales. Otra cuestión muy importante que deslizó Navarro tiene que ver con fallidas reuniones en sedes radicales y en la villa de Ancasti. Para él, no hay que hacer ninguna foto que engañe a los afiliados antes de fijar, claramente, las reglas de juego. ¡Razones para pensar así no le faltan!

 

La diáspora radical, paradójicamente, ha venido a poner claridad alrededor de la principal precandidatura de Cambiemos en Catamarca. Desde el gobierno nacional o los medios de comunicación que tienen buena información, reafirman que el postulante a vencer al peronismo en las urnas será Rubén Manzi, el ancho de espada que “Lilita” Carrió tiene en la provincia. El reconocido neucirujano, el pasado viernes, llegó en el avión que trajo al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien reunió a un grupo correligionarios en una dependencia de la terminal aérea para reafirmarle la postura del gobierno nacional. A propósito de otro cónclave “a las apuradas” de un funcionario nacional con los radicales, sigue el malestar. Muchos no comprenden que el lugar de debate sea el aeropuerto en lugar de una sede de la UCR. “Es como si los atendiera por obligación”, nos dijo un veterano militante.

 

Lamentables las apreciaciones de Marcos Peña sobre el costo de la energía, que es carísima y lleva drama a los hogares catamarqueños, no sólo a las empresas o comercios. Durante su visita al Congreso, ante la requisitoria de la senadora Blas, sin ponerse colorado, señaló que la responsabilidad mayor tiene que ver con los costos que, a través de EC Sapem, fija la Provincia. Al respecto, hay que decir que el Valor de Distribución (VAD) que estableció la empresa local es apenas del 16% y el resto de la factura se compone de impuestos nacionales y los precios que fija Cammesa, la proveedora de la energía que, ahora mismo, anunció nuevos incrementos para los meses de julio y septiembre. Con estos costos y los bajo salarios que existen en la provincia, a nadie puede extrañar que 77.000 catamarqueños (un 35%, casi 3 puntos más que la media nacional) estén bajo la línea de pobreza.

 

RECUERDOS.

Como lo hacemos habitualmente, en el último bloque de los “Apuntes” políticos, incluimos los acontecimientos que ocurrieron hace 25 años.

En los primeros días de abril de 1994, arribaba a Catamarca el titular del comité nacional del Partido Obrero, Daniel Blanco. Lo hacía como parte de la campaña para la elección de constituyentes del domingo 10 de abril de aquel año. Su definición, al respecto, fue contundente. “Si triunfa Carlos Menem se profundiza el ajuste”, dijo en el aeropuerto “Felipe Varela”. Para disgusto del representante de la izquierda, respaldado en la provincia por el dirigente Enrique Traverso, el menemismo iba a lograr una victoria incuestionable en aquella elección, lo que le iba permitir dominar, a piacere, la convención constituyente de Santa Fe, en la cual se reformó la Constitución Nacional y le permitió al exjefe de Estado ir por la reelección en el año 1995. El hecho más trascendente, posiblemente, fue la anulación del Colegio Electoral, lo que les quitó poder a provincias chicas como Catamarca y se lo cedió a las grandes, en forma especial al gigante bonaerense, donde se concentra el 40% del electorado nacional.


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