No es frecuente la presencia de responsables del área de Salud en una fiesta estudiantil, donde el espíritu recreativo y despreocupado hace presumir que no se trata del ámbito ideal para acercarse a los chicos.

Pero en la primera presentación de los buzos de egresados, una actividad que ya se instaló entre las “nuevas tradiciones” de quienes cierran el ciclo secundario, había personal capacitado en materias sanitarias.

La idea de sumarse al encuentro que organiza la Secretaría de Deportes y Recreación, surgió con la intención de aprovechar la oportunidad para llevar adelante acciones de concientización sobre el consumo de sustancias problemáticas. No trascendió qué respuesta tuvo este trabajo, pero que se haya observado ese resquicio para actuar es en sí mismo muy positivo. Ninguna oportunidad debe ser desaprovechada cuando de educar e informar se trata, y una reunión de estudiantes, incluso en ámbito de júbilo, resulta un terreno útil.

Por otra parte, aun cuando eventualmente no se pudieran lograr objetivos, es imperativo para las autoridades insistir e intentarlo, porque es precisamente en esos ámbitos donde se encuentra a los receptores esenciales del mensaje que se quiere dar.
El propósito de marcar presencia en esta materia, interactuando con alumnos y padres, es un eslabón imprescindible para que, más tarde o más temprano, la tarea preventiva tenga éxito.

Las actividades de los buzos se extenderán hasta junio, y es bueno alentar a que se siga con este proyecto, que parte del reconocimiento de una de las problemáticas más serias que enfrentan la provincia y el país.

Que los chicos y padres puedan ver que es posible disfrutar y divertirse sin consumir sustancias problemáticas es la meta final. Quizás algunos adolescentes no presten atención al mensaje todavía. Pero con un solo chico que lo entienda ya se habrá logrado algo. Vale la pena el esfuerzo.