Editorial

Si lo quiere el Papa, Dios lo quiere

sábado, 11 de mayo de 2019 00:48
sábado, 11 de mayo de 2019 00:48

“Si lo quiere el Papa, Dios lo quiere”, es una de las más famosas frases de Fray Mamerto Esquiú, quien la pronunció luego de haber rechazado una postulación para ponerse al frente del Obispado de Córdoba.


Quien había propuesto su nombre era el entonces presidente Nicolás Avellaneda, y Esquiú no aceptó ese honor.
Sin embargo, cuando se lo notificó de la designación, con un documento firmado por el Papa León XIII, cambió de postura con aquella célebre frase, en que acataba la voluntad del jefe de la Iglesia, interpretándola como divina.


Tiene vigencia el pensamiento ahora que hay un Papa argentino, y la beatificación del fraile catamarqueño parece más cercana que nunca.


En un nuevo aniversario de su nacimiento, imaginar que Francisco resolverá el reconocimiento de Esquiú llevándolo a los altares, es una posibilidad concreta.


La reciente beatificación del Obispo Angelelli y los mártires riojanos alimenta la expectativa por poner final feliz a una causa que acumula más de un siglo con esporádicos y lentos avances.


Mientras tanto, podemos y debemos mantener vigente el ejemplo de la vida y obra de Esquiú, cuyos valores se expresan tanto en la tarea pastoral como en sus actividades como político o periodista.


De poco serviría promocionar su figura si no es para tomarla como guía, en la tarea cotidiana, en el compromiso patriótico, en la austeridad y la generosidad.


La esperanza de contar con un santo catamarqueño, que seguramente se concretará en algún momento, ha de tener un significado más profundo que la promoción turística o el impacto promocional, que en algunos casos parece ser la mayor motivación que genera.


En este aniversario del natalicio, quedará entonces aguardar que Dios quiera elevarlo a la categoría de santo. El Papa sabrá descubrir ese momento.

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