La Secretaría de Cultura informó ayer que quedaron definidos los más de cuarenta emprendedores que tomarán parte del quinto Salón Poncho Diseño, dentro de la Fiesta del Poncho que se celebrará del 12 al 21 de julio próximo.

Se trata de un espacio que ha ido cobrando creciente protagonismo en el marco de la celebración mayor de los catamarqueños, visibilizando el trabajo de aquellos que, a medio camino entre la artesanía y el diseño industrial, producen una variedad de productos: calzado, muebles, marroquinería, textiles, objetos de decoración, perfumes, jabones artesanales, joyería y bijouterie, entre los principales.

No se trata, claro está, de las creaciones tradicionales de raíz ancestral que son el corazón de la magna fiesta invernal, sino de una reinterpretación y reelaboración de esas mismas artes primordiales, pero en función de las nuevas demandas de los consumidores.

Así, viejos oficios como el tejido, la carpintería, el repujado en metal y la cerámica cobran un renovado sentido en objetos de uso corriente que juegan con el color y la forma, llevándolos a otro nivel expresivo.

Por supuesto, este espacio que se consolidó en el Poncho, que tiene un público entusiasta y buenos niveles de ventas, es el resultado de una tarea sostenida que ha permitido al sector sortear dificultades propias de quienes llevan adelante emprendimientos productivos.

Es que no solamente importa tener una idea y poder plasmarla gracias al talento y a la voluntad: es preciso atender cuestiones que van desde la concepción de un producto, pasando por la presentación, fijación de un precio adecuado y hasta aspectos de marketing que son esenciales a la hora de posicionarlo en el mercado.

Los emprendimientos fueron una respuesta viable y concreta a la necesidad de generar ingresos para aquellos que, por diversos motivos, están fuera del empleo asalariado. El apoyo sostenido desde las políticas públicas ha habilitado su consolidación, algo esencial en estos tiempos de crisis generalizada. En el caso de los proyectos de diseño, tienen un plus diferencial de valor que se puede seguir explotando para que Catamarca haga su aporte en un rubro dinámico y con mucho futuro.