Otro aporte al debate
Hace pocos días se generó un abundante intercambio en las redes sociales de El Esquiú.com a raíz de los problemas de tránsito que ocasionaban las obras de semipeatonalización en el microcentro capitalino que, afortunadamente, están llegando a su fin.
En ese marco, se remarcaba que más allá de la coyuntura, era preciso retomar los planes para relocalizar instituciones públicas y colegios en las afueras del casco histórico, además de necesarias medidas restrictivas sobre el tránsito, al menos en determinados horarios, como sucede en otras capitales del país.
A este debate se sumaron ahora los integrantes de la comunidad educativa de la escuela “Clara J. Armstrong”, que en estas jornadas está cumpliendo 141 años de vida al servicio de la sociedad catamarqueña.
Docentes, padres, alumnos y otros integrantes del establecimiento reclamaron a la comuna que cambie la circulación de los colectivos para evitar la calle Salta. Argumentaron que, por el incesante paso de vehículos de gran porte por dicha arteria, se resiente cada vez más el edificio escolar, declarado Patrimonio Histórico Nacional en 2016.
El viernes realizaron un “abrazo” a la escuela y motorizarán un petitorio ante las autoridades municipales y de Transporte de la provincia para que cambien las paradas actualmente instaladas sobre la fachada oeste del predio. De paso, recordaron que su pedido tiene un antecedente concreto: la decisión de quitar los colectivos -y las paradas- de calle Esquiú para evitar seguir afectando el Convento Franciscano.
Publicada la noticia con el pedido para proteger a la “Clara”, fueron numerosos los lectores que salieron con los tapones de punta, ante la sola posibilidad de que la circulación de los ómnibus se traslade más lejos de la plaza principal. Otros recalcaron la necesidad de que esa zona, precisamente, cada vez quede más libre de tránsito y que se privilegien los corredores para peatones e incluso bicisendas.
Lo que es seguro es que cada vez hay más demanda de la población para que se ensayen estrategias y alternativas viables para descomprimir el centro.
Para ello, es necesario que se convoque a expertos y se consulte a los vecinos sobre la manera de actuar, de manera de hacer más amable la ciudad en la que vivimos.