Hay iniciativas que se celebran: entre lo mucho que queda por hacer aún en la difusión de nuestros autores catamarqueños, bien vale destacar el programa de la Secretaría de Viviendas de la Provincia “Libros en tu hogar”, con una propuesta integradora, y un cambio conceptual de la obra pública: “Entregamos hogares, no viviendas”, señaló ayer por la mañana Fidel Saenz, titular del área, en un acto sencillo en el que se entregaron 17 casas en el sur de la Capital.

Lo singular de la entrega fue sin dudas el llamado a integrar dos derechos fundamentales: el acceso a la vivienda y a bienes inmateriales a través del conocimiento de la cultura local: “Y qué mejor que de la mano de autores catamarqueños”, como señaló la gobernadora Lucía Corpacci durante el acto.

Entender que el acceso a la cultura es un derecho humano, y que la obra pública es indisociable de aquello, es haber entendido mucho más de una política de gobierno de lo que el mero desarrollismo puede inspirar. Es lo que diferencia a la ejecución autómata de obras del verdadero desarrollo humano.

En tiempos de modernidad, el acceso democrático a la cultura es una herramienta para reforzar el pensamiento, referenciarnos, y ampliar las posibilidades de distribución de bienes culturales. 

Esto cobra especial importancia en el contexto actual: en el último Congreso Internacional de la Lengua, que tuvo lugar semanas atrás en la provincia de Córdoba, la escritora María Teresa Andruetto destacó que durante el actual gobierno nacional, la industria editorial se desplomó en un 40 por ciento: “Cada vez se venden menos libros, y una cantidad significativa de las librerías de la argentina están al borde de la quiebra”, dijo.

El hecho, indudablemente, no es ajeno a los autores catamarqueños. La necesidad de plantear y ejecutar políticas integradoras se hace más urgente en contextos de crisis, en los que la imaginación y la sensibilidad son indispensables para complementar las políticas públicas.