Hambre

domingo, 30 de junio de 2019 00:00
domingo, 30 de junio de 2019 00:00

 “La falta de alimento y de agua no es un asunto interno y exclusivo de los países más pobres y frágiles sino que concierne a cada uno de nosotros. El problema de un país es problema de todos”, manifestó el papa Francisco al recibir a los asistentes a la 41 sesión de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) que culminó en Roma, a quienes instó a sumarse a la lucha por el “hambre cero” en el mundo.

El líder religioso instó a trabajar conjuntamente para profundizar e incrementar, con responsabilidad y determinación, los esfuerzos dirigidos a alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 y así erradicar con mayor rapidez y fuerza los complejos, graves e inaceptables flagelos del hambre y de la inseguridad alimentaria.

Tan lógico como irrefutable, planteó que para combatir la falta de alimento y de acceso al agua potable en el mundo, es necesario actuar sobre las causas que las provocan, porque en el origen de este drama se halla sobre todo la falta de compasión, el desinterés de muchos y una escasa voluntad social y política a la hora de responder a las obligaciones internacionales. 

En ese contexto, se desprende la importancia de nuestra actitud frente a este problema, porque según lo que hagamos podemos favorecer o frenar el sufrimiento de muchos hermanos nuestros. 

El Papa exhortó, una vez más, a “escuchar el grito desesperado de nuestros hermanos y a poner los medios para que puedan vivir y ver respetados sus derechos más básicos”. 

Se trata de una realidad tangible al alcance de la mano, y uno de los medios que está a nuestro alcance es la reducción del derroche de alimentos y de agua, educar y sensibilizar, de modo que las nuevas generaciones pasen este testimonio a las futuras, sabiendo que este drama social no puede ser tolerado por más tiempo.

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