Sería fantástico poder nombrar a todos los locutores que hicieron historia en Catamarca, pero existe el riesgo del pecado por omisión, y es preferible entonces ensayar un homenaje sin nombres propios, para que cada uno lo complete con aquellas voces que guarda en su recuerdo.

Los locutores, que hacen una profesión del don de poseer una voz privilegiada, se internan en nuestras vidas, y permanecen allí con imborrables latiguillos de una tanda publicitaria, de la presentación de un festival, de la compañía cotidiana desde un dial.
Se hacen inconfundibles y pasan a formar parte del caudal de detalles con los que formamos nuestra identidad.

Cada 3 de julio se conmemora en Argentina el Día del Locutor Nacional. La tradición existe desde 1950 y conmemora el nacimiento de la entidad gremial que nuclea a los profesionales de la radiodifusión, la Sociedad Argentina de Locutores.

La conmemoración del Día del Locutor en Argentina encuentra su origen en 1943, cuando un grupo de locutores radiales conformaron la mencionada Sociedad. La puesta en marcha oficial de la organización se llevó a cabo un 3 de julio, razón por la cual fue elegido este día para conmemorar el Día del Locutor.

Según el relato de uno de los protagonistas de aquel evento, los locutores en ese momento se hallaban muy distanciados, al ser parte de radios que diferían en sus orientaciones y, en ocasiones, también competían por audiencia. Sin embargo, la propuesta de crear una entidad gremial de Jorge Omar Del Río halló eco pronto y, ese 3 de julio de 1943, en una sesión extendida hasta las cuatro de la mañana, se creó la Sociedad.

Enhorabuena, porque hoy nos permite reconocer esa labor reservada para quienes tienen el talento de comunicar, enfrentar un público, y ganarse un lugar en la sociedad siendo, con su voz, la voz de muchos otros.