Editorial
Orgullo
El mes que viene Catamarca tendrá la sexta edición de su Expo Productiva, con el Predio Ferial como sede de la muestra que permitirá dar a conocer productos, logros y emprendimientos catamarqueños.
En un momento tan complejo del país y, en particular del panorama económico-financiero, avanzar con la Expo es casi una corajeada.
Convocar a las empresas cuando en muchos casos están en jaque o luchando por sobrevivir, podría parecer inadecuado para algunas miradas, pero es exactamente al revés.
Mostrarse de pie, mostrar pequeños y grandes crecimientos, promover rondas de negocios, dar la oportunidad de generar algún movimiento comercial, es doblemente positivo en tiempos desfavorables.
Es a la vez un reconocimiento y un aliciente para quienes siguen apostando al trabajo, para quienes tienen capitales que dedican a construir y no a especular.
Se trata también del fortalecimiento de uno de los pilares de la política de Estado catamarqueña, que se apoya en la producción tanto como en la minería y el turismo.
En esta Expo habrá interesantes propuestas en materia productiva, industrial, minera, ambiental, orgánica y agroecológica, con espacios especiales dedicados, por ejemplo, a la mujer y otras actividades como la Jornada de Camélidos, la Muestra Ganadera, charlas y conferencias.
Habrá que acompañar este esfuerzo y valorarlo, porque es un símbolo de la provincia que queremos, una provincia productiva y en crecimiento.
Y ciertamente una provincia que no claudica en su marcha hacia esas metas, aun cuando -como ahora- los contratiempos se multipliquen.