El Secretario

lunes, 16 de septiembre de 2019 00:17
lunes, 16 de septiembre de 2019 00:17

Como ocurre con llamativa periodicidad, detrás de sus ya clásicos exabruptos –descalificación de legisladores, de miembros del Colegio de Abogados, de profesionales del Derecho, etc-, José “Pepe” Cáceres sale a aclarar lo que quiso decir, lo que bien podría evitar diciendo las cosas tal cual son. En su nueva incursión mediática, a través del medio que obstinadamente busca sostenerlo como juez de la Corte de Justicia, trató de congraciarse con los abogados, a los que acusó hace diez días de ser los culpables de ralentizar los procesos judiciales mediante lo que en el ambiente se conoce como chicanas.


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De esta forma, en uno de los párrafos de su largo escrito, dice lo siguiente: “no responsabilicé solo a los abogados; no hice más que extender la responsabilidad que históricamente le atribuyen únicamente a los jueces. Se responsabiliza solamente a la Justicia de la mora judicial cuando ésta es producto de la forma en que todos los sujetos involucrados ejercitan sus derechos-deberes-poderes” (sic). Del texto, en el que se abusa de un mismo sustantivo, Cáceres ratifica los cargos contra sus colegas y los extiende, como bien lo dice, a la Justicia que en un cuarto de siglo le tocó dirigir desde su puesto de ministro y mandamás del máximo tribunal. Todo muy gracioso.


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Sin embargo, muchas de las apreciaciones del cortesano tienen que ver con la realidad que se vive en los tribunales catamarqueños. Es cierto que los abogados, respaldados en los códigos de procedimiento, utilizan chicanas de distinta naturaleza, pero son los jueces los que, con la ley en la mano, deben poner coto a los abusos. No lo hacen y permiten dilaciones incomprensibles como ocurre con los pedidos de pericias. Estas, muchas veces sirven o son decisivas en un proceso, pero en la mayoría de los casos se solicitan para prorrogar los tiempos judiciales. ¿De esas maniobras no se dan cuenta los jueces o acaso las aceptan porque son parte del contubernio? ¿O no existen mecanismos, igualmente legales, para frenar las chicanas?


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