El 19 de septiembre de 1974 fallecía en Buenos Aires uno de los más grandes representantes del chamamé, Tránsito Cocomarola, y en su honor se instituyó esta fecha como el Día del Chamamé.

 Conocido como “El taita del chamamé” fue un célebre bandoneonista, autor y compositor, una de las máximas y más populares figuras de la música del litoral. 

Integrante de varios conjuntos como “Los hijos de Corrientes”, el “Trío típico Correntino”, “Los Kunumí”, y el “Trío Taraguí”, actuó al frente de su Trío Cocomarola por todo el litoral. 

Fue autor de más de 400 composiciones, entre las que se destacan himnos como “Kilómetro 11”, “Mirame”, “Puente Pexoa”, “Laguna Totora”, “Rincón dichoso”, “En tu ventana” y “Retorno”.

Cocomarola nació en 1918 en San Cosme, provincia de Corrientes, a unos 34 kilómetros de la capital provincial, más precisamente en un campo llamado “El Albardón”, propiedad de su padre.

Se consagró en base a talento, y todo el repertorio que mostraba era del litoral: valseados, rasguidos dobles, chamamé, etcétera. 

Grabó casi 400 temas, y nadie que se dedique a la música nacional desconoce su obra.
El ritmo es primo hermano de la música de nuestro noroeste, que sabe de otros ríos y otros paisajes, pero sin dudas también conquistó buena parte del público local.

Catamarca tiene sus festivales chamameceros, y grupos exitosos como “Ecos del Litorial”, que llevan más dos décadas de trayectoria al ritmo de los sapucay.

Joyas invaluables de nuestra cultura, los chamamés son también una pieza de las tantas que dan forma a la identidad nacional, junto con la chacarera, la zamba, el tango, el carnavalito, el cuarteto y tantos otros géneros musicales que permiten identificarnos como argentinos.