Nunca más

lunes, 2 de septiembre de 2019 01:35
lunes, 2 de septiembre de 2019 01:35

La reinstalación de un sistema de control del mercado de cambios, tantas veces denostado por la actual administración nacional y el coro de medios y periodistas oficialistas, es uno de los síntomas de la crisis terminal de un gobierno sumido en la impotencia y el fracaso, como incluso reconocen sus más férreos defensores. Claro que hay una diferencia importante entre la decisión tomada por el macrismo para evitar que la sangría de dólares provoque el colapso liso y llano del país, y la que era habitual en la gestión anterior: en ésta era parte de una planificación de la economía que buscaba preservar la economía popular; la de aquellos es una respuesta apurada por una coyuntura dramática en la que, definitivamente, no creen.

La historia dirá, sin embargo, que las “cosas que pasaron” en este último año y medio no serían las consecuencias inevitables de la mala praxis política y financiera, como algunos tratan de instalar, sino de una también cuidadosa estrategia para enriquecer aun más a los poderosos de siempre. De otra manera no es entendible que uno de los préstamos más importantes que dio jamás el Fondo Monetario Internacional -50.000 millones de la divisa norteamericana- se haya evaporado de la mano de la timba y la especulación financiera. Lo peor de todo: el país quedó endeudado brutalmente cuando, al asumir, el actual presidente tenía una situación radicalmente diferente.

El problema es el neoliberalismo y sus exégetas, como dicen por ahí. Un modelo de acumulación que Argentina conoce bien por las experiencias de la última dictadura cívico-militar y el menemismo con coletazos en el gobierno de la Alianza. Un modelo que no provoca otra cosa que hambre y miseria, mientras alimenta la voracidad sin límites de los pocos privilegiados que pueden sacar rédito en medio de la hecatombe para las mayorías ciudadanas.

La expresión predominante en las PASO, que podría fortalecerse en las generales de octubre, le dijo basta a este sistema. Se abre, entonces, la posibilidad de que todas las fuerzas sociales se sienten a acordar cuestiones básicas que apunten a un país con perfil industrial que, sin dejar sus producciones básicas, apueste fuertemente por la ciencia y la tecnología. Lo más importante: articular políticas y acciones para conjurar cualquier intento de restauración neoliberal.

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Comentarios

2/9/2019 | 08:30
#149006
Si no bajan el gasto que ocasionan los cargos políticos jamás nos alcanzará para comer y vivir dignamente.

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