El secretario
Aun cuando resta tiempo para 2021 y las elecciones de medio término, se puede afirmar que hasta que demos vuelta el almanaque de la pandemia, las especulaciones serán numerosas. Como dijimos hace tres semanas, es harto probable que en Catamarca no se realicen las PASO provinciales y ni siquiera se piense en considerar electoral el turno de marzo que contempla la Constitución. Con ello, habría que pensar directamente en octubre de 2021 y descartar la eventualidad de internas, que se llevaban a cabo a través de las primarias que creó el kirchnerismo en 2009 y revalidó el corpacismo en 2015. En esta dirección, es conocida la postura del gobernador Jalil. Siendo intendente, nunca escondió su poco apego a las PASO y no creemos que en épocas de pandemia vaya a cambiar.
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Ahora se conoce que tampoco en el Gobierno Nacional se descarta la chance de eliminar las PASO y dejar que los partidos políticos, por su cuenta, nominen candidatos. La motivación para que Alberto Fernández tome una decisión de esta naturaleza estriba en los costos de una doble elección y la segura persistencia de la pandemia hasta agosto, o sea para la fecha de las PASO. Y existiría un tercer motivo: provocarle un serio problema a la oposición de Juntos por el Cambio que, sin ser gobierno, tendría enormes problemas para armar sus listas. No solo eso. Hasta le sería problemático mantener la alianza que sostienen entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica.
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Estos movimientos relacionados con lo electoral repercutirán aquí y, en forma especial, en los territorios opositores. A nadie escapa que el radicalismo está partido. El castillismo y sus aliados, aun con los mandatos vencidos de los directivos, permanecen adentro de la UCR y sus opositores afuera. ¿Cómo harán para designar a sus candidatos sin primarias nacionales y provinciales? ¿Los elegirá la misma conducción que no fue legitimada por los afiliados y que viene de perder las elecciones de 2019 por cerca de 70.000 votos? ¡Vaya dilema!
El Esquiú