El Secretario
Finalmente, veinte días después de la forzada renuncia del intendente Francisco Gordillo, asumió la abogada Andrea Centurión como nueva ministra de Educación de la Provincia. La joven profesional, que estuvo al frente del área de Asuntos Municipales, no podría haber encontrado un momento más complejo para aterrizar en la cartera educativa, ya que no hay precedentes de un panorama tan delicado e incierto. Educación es por naturaleza un área conflictiva: la superpoblación de empleados, masa salarial millonaria, la diversidad de gremios, el universo de escuelas, niveles, modalidades y demandas a atender, tornan utópico imaginar una gestión sin problemas. Vicios crónicos, la necesidad de permanentes recambios y actualizaciones, contenido de currículas, todo es en ese mundo tema suficiente para eternos debates. Pero ahora el cuadro es mucho más desafiante.
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Históricamente, las grandes peleas en Educación se dieron año tras año por los reclamos de mejoras salariales, y resuelto ese punto todo se encaminaba hasta el año siguiente. Ahora Centurión toma las riendas de un ciclo lectivo en el cual la gran mayoría de los estudiantes con suerte completó, mientras transita noviembre, una sola semana de clases. Sin actividades presenciales, con inconvenientes de conectividad para brindar contención desde plataformas digitales, sin precisiones sobre la extensión de las clases o los modos de calificación, todo se hace cuesta arriba. Y como frutilla del postre, perdura el conflicto de los Institutos de Enseñanza Superior, que rechazan el cambio de órbita resuelto.
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Asumir semejante desafío es toda una muestra de coraje de Centurión, quien seguramente sabe de la ardua labor que le espera. Sería también saludable que los gremios docentes, en particular los más combativos, contemplen la situación y se predispongan a dialogar y colaborar, ya que la excepcional situación que se vive no deja mucho margen para echar leña al fuego. Esto no significa de ningún modo claudicar en las propias convicciones u objetivos, sino simplemente ofrecer tiempos razonables para que se logre encaminar el rumbo, lo cual sin duda es el gran objetivo de todos.
El Esquiú