Mientras continúa la acción penal contra los camaristas que aparecieron en un video cobrando una supuesta coima –Juan Pablo Morales y Raúl Da Prá-, está llegando al punto final el concurso para determinar sus reemplazantes. De un buen lote de aspirantes, que pasaron los exámenes oral y escrito, estarían quedando tres aspirantes, ninguno de los cuales se identifica con el gobierno peronista de turno. Ellos son los fiscales Ezequiel Walther y Jonathan Felsztyna, a los que se suma la abogada Mariana Vera, actual esposa del titular de Movilización, el concejal Simón Hernández. De ese trío, tras la decisión de la Comisión de Evaluación que reemplazó al Consejo de la Magistratura, saldrán los nombres de los magistrados que pasarán a integrar la Cámara de Apelaciones. El más comprometido parece ser Walther, acusado de algunos deslices durante el Jury de Enjuiciamiento a Roberto Mazzucco.

*****

Si hay un tema crítico que no merece divergencias es el relacionado a la provisión de agua potable en el Valle Central, lo que ha llevado al Poder Ejecutivo a declarar la emergencia hídrica, la que permitirá agilizar algunos trabajos que se llevan a cabo en distintos puntos de la Capital (uno de ellos, una gran cisterna, se construye en la Quebrada de Moreyra), cuyo crecimiento poblacional en los últimos años también es innegable. Sin embargo, totalmente a contramano de las súplicas ciudadanas, siete legisladores de Juntos por el Cambio se abstuvieron de votar en la última sesión y la aprobación se consiguió con números apretados. Más que un posicionamiento político de estos legisladores, quedó expuesta una absoluta falta de criterio.

*****

Cobra fuerza en todo el país la idea de suspender para las elecciones 2021 las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). La situación de pandemia que, aun con vacunas, permanecerá latente el próximo año, y el costo económico que significa convocar dos veces a votar a la ciudadanía, son preludio de una crónica anunciada que se ha comenzado a escribir en la Casa Rosada y en las provincias, donde la mayoría de los gobernadores parecen tener coincidencia. En ese sentido, hace diez días, Raúl Jalil ratificó su postura inalterable: no a las PASO. Claro está que la determinación final correrá por cuenta del Congreso nacional y las legislaturas provinciales, donde los sectores opositores tratarían de evitar la suspensión. Y de aquí surge una gran paradoja de la política: las PASO fueron una creación magistral del kirchnerismo –de Néstor, más concretamente- y será el propio kirchnerismo quien buscará adormecerlas.

*****

Sin PASO, habría un solo acto electoral y, tal cual lo prescribe la Constitución, sería en octubre. De este aserto se desprende una pregunta obligada: ¿cómo harán los partidos políticos o alianzas para nominar a los candidatos a la renovación legislativa? Las respuestas, según quien conteste, son varias. Una de ellas es que reaparecerían los arreglos de cúpula o las postulaciones “a dedo” que provocan grietas, enojos y divisiones. Otra es que se hagan elecciones domésticas, con control partidario, para los cargos que tengan más de un interesado. Por último, lo más más difícil, que se aplique la ley que rige el funcionamiento de los partidos políticos y que éstos convoquen a elecciones internas para todos los cargos electivos en base a sus cartas orgánicas. Se trata de algo improbable y que, precisamente, dio origen a la creación de las PASO. Es que los grandes partidos de la provincia, el PJ y la UCR, eluden la exigencia estatutaria con un simple llamado a un congreso o una convención, los que pueden dar mandato a las autoridades a elegir los candidatos sin que los afiliados voten. Esto ha ocurrido en forma permanente desde la restauración de la democracia. En el PJ únicamente se recuerdan los duelos internos Saadi-Barrionuevo y lo mismo ocurre con los radicales. Solamente hubo una interna en serio en 1987 -¡hace 33 años!- cuando Genaro Collantes le arrebató la candidatura a gobernador a Arnoldo Castillo. En más, siempre funcionó el dedo de Ramón Saadi, de Luis Barrionuevo, de los Castillo o de Brizuela del Moral.

*****

La nominación de candidatos en el Frente de Todos, a 11 meses de la elección, se divisa menos complicada. Aunque puede haber discusiones de tono menor, es altamente probable que haya entendimiento y que los líderes del peronismo – Lucía Corpacci presidente y Raul Jalil, vicepresidente- concilien un armado común, tal como lo hicieron en 2011, 2013, 2015, 2017 y 2019, para conseguir excelentes resultados. Obviamente, a nadie escapa la posibilidad de una interna, la que representaría poco menos que una fractura que, lo reiteramos, no se avizora en el horizonte. Muy distinto es el panorama en la oposición. Allí claman porque haya primarias para dilucidar planteos de toda naturaleza que hacen a la unidad partidaria y al futuro de la alianza con sectores como el PRO o la Coalición Cívica. Sin embargo, de la última convención radical surgió un imperativo: que los cargos electivos surjan de internas. ¿Después de 33 años alguien puede pensar que la conducción puede animarse a dar internas para los puestos electivos? Por lo pronto, nos permitimos dudar.

*****

Analizando la convención del radicalismo, como ya lo dijimos, dejó “tela para cortar”. Si bien todo fue en orden y no hubo discusiones de fondo, queda claro que “la unidad en acción” está lejos de alcanzarse. Primero porque los seguidores de Oscar Castillo impusieron condiciones y se sabe que en la vereda de frente del senador nacional transita medio radicalismo. Se consensuó una junta electoral para una elección de cargos partidarios que se llevaría a cabo el 7 de febrero de 2021 y la mayoría castillista es abrumadora. Con este método, el sector pulverizó a sus rivales internos el 2 de junio de 2018. Aquella junta electoral, de intensa tonalidad celeste, le cortó las alas a la propuesta opositora y de esa manera no hubo necesidad de instalar las urnas en toda la provincia. Así fue como Alejandro Páez asumió la conducción del comité provincial sin que lo eligiera nadie. Es más: tiene el mandato vencido desde hace cinco meses y, gracias a la pandemia, todavía cuenta con respaldo legal.

*****

Dijimos antes que la convención radical resultó a medida del castillismo. Aparte de la junta electoral de su lado, no se modificó mayormente la cantidad de departamentos que se exige para formalizar una línea interna y poder discutir la conducción del comité provincial. Antes eran 11 departamentos y ahora son 10. Claro que, a un mes y medio de presentar las listas, la oposición podría armonizar una propuesta y llegar legalmente a las elecciones. Si no lo hace y sobre la hora “le ganan la casa del medio” no debería quejarse. Por las dudas afirmamos que la estrategia del castillismo será la misma de siempre: apostar a la unidad a través de una propuesta de “lista única” que, invariablemente, bendice el senador Castillo. El hombre, como se sabe, necesita seguir controlando el partido porque en 2021 se le acaba su mandato y sueña con ser re-re-reelegido.

*****

A los días de la convención radical se habló de la ruptura o disolución del Movimiento Renovador que, por décadas, condujo el exgobernador Eduardo Brizuela del Moral. De esta forma se aludió a deserciones de “los Herrera” – Rubén y la sobrina Natalia-, del concejal Aldo Cancino (el único que logró imponerse en la Capital en 2019), del exdiputado Juan Pablo Millán, de la recreína Norma Rotta o del dirigente capitalino Edgar Niño, quienes habrían formado la agrupación “Radicales en Acción”. Que se haya producido algún movimiento dentro de filas “brizuelistas” es cierto. Lo que no es cierto es la existencia de un desaire al jefe indiscutido del sector y diputado nacional hasta el año venidero. Todo lo que se hizo fue con el consentimiento del exgobernador que, por razones de salud y con el respaldo pleno de su mujer e hijos, se habría llamado al descanso alejándose del trajinar político, que no siempre es placentero como muchos creen. Aparte, cómo se darían el lujo los supuestos desertores de prescindir de la figura más convocante del radicalismo en toda la provincia. Sería una locura política, lo mismo que tratarlo con ironías que sintetizan una total falta de respeto hacia una figura excluyente de la democracia por más de 35 años.

*****

RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, en el último bloque rememoramos acontecimientos del pasado cercano.A fines de noviembre de 1995, las provincias argentinas pedían al gobierno nacional un nuevo esquema distributivo de los impuestos coparticipables. Eran tiempos muy difíciles para la economía del país y, por ellos precisamente, no tardó la respuesta del súper ministro, Domingo Felipe Cavallo. Este solicitaba a cambio de dinero fresco un mayor ajuste en los gastos provinciales, la privatización de los organismos del Estado (Catamarca lo hizo con su empresa de Energía, el Casino y la Terminal de Ómnibus) y, nada menos y nada más, que rebajas salariales. Esta cuestión de tocar los salarios se iba a cumplir en 2001 cuando gobernaba el país Fernando de la Rúa y Patricia Bullrich era la ministra de Trabajo.

El Esquiú