Alberto “Abeto” Barrionuevo, convertido en un aliado impensado de Gustavo “El Gallo” Jalile –sus concejales lo ungieron presidente del Concejo Deliberante en contra de la voluntad del peronismo- amenazó con ir a la Justicia a los efectos de revalidar el presupuesto que aprobó el Concejo Deliberante y que contempla los aumentos que se introdujeron. Dentro del galimatías que es Valle Viejo, el dirigente entiende que, respecto a su reclamo, se debe cumplir estrictamente lo que dice la carta orgánica. Es más o menos como darse con una piedra sobre la boca. Es que precisamente por la aplicación de la carta orgánica el no debió ser presidente del Concejo Deliberante, toda vez que el cargo le corresponde al ganador de la última elección, o sea la coalición Frente de Todos que llevó a la jefatura municipal a la docente Susana Zenteno. Los peronistas que ganaron en octubre las bancas de concejal, de hecho, pidieron a la Justicia que se revea la situación de Barrionuevo, quien fue elegido por el Frente Justicialista para la Victoria que, en 2017, incluso cayó derrotado en territorio chacarero.
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De esta forma, Valle Viejo le aporta a la Justicia un verdadero escándalo. Un presidente que no debió ser presidente por aplicación de la carta orgánica y que, por tal motivo, ha sido denunciado, le pediría a la misma Justicia que se aplique la carta orgánica que no respeta para que le aprueben el presupuesto que la Municipalidad, por falta de fondos, ya lo vetó. Una locura producto de las tantas locuras de los últimos tiempos.
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Allegados al exintendente Jalile, mientras tanto, aseguran que su carrera política no quedó sellada por la derrota a manos de Zenteno. Su preocupación de los próximos tiempos sería la de bregar por una banca de diputado provincial. De mínima, una concejalía en el departamento que, guste o disguste, lo tiene como jefe indiscutido del comité de la UCR. A partir de allí buscaría la revancha ante los peronistas en 2023. Objetivos difíciles, no imposibles.

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