En la jornada de hoy se reiniciarán formalmente las actividades en las oficinas de la Administración Pública catamarqueña, luego del receso de enero. A diferencia de otros años, cuando la feria de verano implicaba el cierre total de las dependencias que no brindan servicios esenciales, en el primer mes de 2020 casi todos los organismos mantuvieron abiertas sus puertas y la presencia de estatales se hizo notoria. De hecho, el funcionamiento fue prácticamente normal y se siguieron realizando trámites que antes quedaban en suspenso hasta mediados de febrero, cuando menos. En esto tuvo que ver, claro está, el debut de las nuevas autoridades, que buscaron mostrar ejecutividad en el arranque, pero también que muchos empleados prefirieron guardarse vacaciones y estar presentes en sus puestos en días en los que se podían decidir cambios significativos: no fueron pocos los que prefirieron “comerse enero” en la ciudad para no volver y darse con la sorpresa de que los reubicaron o que les habían modificado acuerdos laborales previos. Un caso paradigmático de lo dicho lo constituyó OSEP, cuyo servicio casi ni se resintió.

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La presencia de los empleados para minimizar o “negociar” cambios con los referentes de la flamante gestión no evitó que en varias dependencias se avanzara con transformaciones importantes. Un ejemplo fue la decisión de  eliminar direcciones  de nivel y concentrar funciones que antes estaban dispersas en diferentes áreas, lo que obligó a reformular las modalidades de trabajo. También el espacio físico se volvió un tema a atender, con la necesidad de implementar reformas edilicias que se demoraron porque los presupuestos no estaban disponibles. Trascendió que el gobernador Raúl Jalil quiere reforzar los controles del gasto público, por lo que se pone bajo la lupa cada pedido de los ministerios, aunque se resienta momentáneamente la ejecución de los planes. Estos inconvenientes, en un punto inevitables hasta que los nuevos funcionarios se empapen  bien de la gestión, deberían irse corrigiendo durante las próximas semanas, cuando se  revelará de mejor manera la impronta que Jalil quiere dar a sus políticas.