La política tiene idas y vueltas. El mejor ejemplo de lo que decimos lo protagonizan por estos días los intendentes de Los Altos y Bañado de Ovanta. Enemigos acérrimos del Este catamarqueño, Rafael Olveira y Elpidio Guaraz se dijeron de todo en el pasado cercano y, entre ambos, hasta se dio una situación muy particular. Guaraz, que entiende poco de límites, en la elección de 2017, intentó copar Los Altos y se comió una paliza electoral inolvidable. Fue el único revés que registra en su carrera, plagada de triunfos que lo llevaron a ser considerado invencible. Lo cierto es que ahora, con aparición del coronavirus, los dos jefes comunales acordaron acciones orientadas a preservar la salud de la población. Por ejemplo, dispusieron una zona aislada para la comercialización de alimentos por parte de los proveedores y, para evitar la circulación de personas, establecieron que los negocios funcionen solamente de 8 a 13. 
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Uno de los temores de los santarroseños por la crisis sanitaria que tiene en vilo a todo el país está relacionado con su ubicación geográfica. El departamento limita con las provincias de Tucumán por un lado y con Santiago del Estero por el otro. En ambas se han producido numerosos casos de dengue y ya han aparecido los primeros infectados por el virus que ataca a los pulmones y, aunque sea en bajos porcentajes, puede ser letal para los mayores de edad. Por ello, desde hace varios días, han quedado selladas las fronteras interprovinciales.
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La tormenta del martes a la noche terminó con las agobiantes jornadas de calor de la semana previa, pero también produjo problemas. Los mayores se registraron precisamente en el departamento Santa Rosa, donde hubo desborde de los ríos, caída de algunas torres y cortes en el suministro de energía, cuando no daño a la producción agrícola, puntal de la economía de la zona. También en localidades aledañas de Paclín y Ambato, más que una bendición, la lluvia se convirtió en un dolor de cabeza.
El Esquiú.com