Que la Policía haya procedido a detener a ciclistas que, tranquilamente, hacían deportes por las rutas chacareras, es todo un símbolo de la falta del compromiso social que requieren los tiempos del coronavirus. Lamentablemente no fueron los únicos en romper el aislamiento total y obligatorio que impone la pandemia en Catamarca. Aunque no puedan ser detectadas, podemos afirmar que se hacen reuniones sociales de diverso tipo y, claramente, se ha relajado una cuarentena que venía bien y, de cara al país, nos mostraba orgullosos como una de las pocas provincias que no tiene infectados. En los últimos días, hasta el menos avispado pudo observar que la circulación de vehículos es cada vez mayor y pareciera que también los controles se han resentido. Por cierto, se está a tiempo de corregir y, en lo posible, tratar que el virus no se instale y vaya a afectar un sistema de salud que no ofrece garantías ante eventuales desbordes. Si pensamos que, sin coronavirus, los sanatorios locales y el hospital viven cerca del colapso, imaginar un crecimiento sostenido de enfermos nos podría llevar a una situación caótica.
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La situación expuesta, por cierto, desvela a las autoridades y en esa dirección están orientados todos los esfuerzos. La construcción de un hospital monovalente de emergencia –sería únicamente para quienes puedan contraer el virus- en el CIIC es un gran acierto, lo mismo que algunas previsiones que están tomando los intendentes en diferentes distritos. Sin embargo, la mejor de todas las defensas es hacer cada vez más rigurosa la cuarentena y tomar conciencia de la gravedad de un problema que estremece al mundo entero.
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Hoy comienza la que, oficialmente, sería la última semana de aislamiento. Sin embargo, está prácticamente descartada la vuelta a la normalidad. Posiblemente para la memoración pascual –el venidero domingo- el presidente anuncie la prolongación de una cuarentena con flexibilizaciones graduales. Habría sectores que regresen a la actividad pero, por ejemplo, los mayores de 60 años deberán continuar en sus casas.
El Esquiú.com